A partir de la madrugada del miércoles 3 de julio, elementos de la Guardia Nacional desplegados en Tapachula, 450 elementos vigilan el margen mexicano del río Suchiate como parte de las labores de reforzamiento de los controles fronterizos.
A lo largo del Suchiate, miles de cruces clandestinos eran utilizados para trasladar migrantes, mercancías y guatemaltecos que trabajaban en México pero regresaban todos los días a sus casas en el lado guatemalteco.
La porosidad de esta sección de la frontera sur del país no sólo permitía el ingreso sin control ni medidas de revisión de personas, sino también de mercancías en múltiples puntos.
Luego de que el gobierno mexicano aceptara incrementar sus esfuerzos para frenar el paso de migrantes y solicitantes de asilo político tras las amenazas de aranceles de Trump, se desplegó a la Guardia Nacional aún cuando todavía no se aprobaba en el poder legislativo las leyes secundarias para su operación.
Una semana después de su llegada a Tapachula, además de los escándalos de redadas en hoteles sin órdenes judiciales, la Guardia Nacional se ha apostado en los puntos de cruce ilegales del Suchiate. (Vía: Noticieros Televisa)
Esto podría ser una violación directa de los derechos de asilo y pase humanitario que el gobierno de López Obrador había prometido respetar antes del acuerdo con Trump.
Guardia Nacional llegando a Ciudad Hidalgo, Chiapas (Imagen: Plumas Atómicas)
Los balseros nos informan que, desde que se apostaron en la orilla del Suchiate, no son los soldados y marinos, ahora pertenecientes a la Guardia Nacional, con los que tienen problemas, sino con los agente de Migración:
“Nos dicen que si no hacemos caso nos cierran el río para siempre. Pero causan mucho miedo, la gente ya ni pasa, nos afectó mucho; los de Migración se sienten superiores, les damos los buenos días y sólo se nos quedan viendo“
Guardia Nacional en la orilla del Suchiate (Imagen: Plumas Atómicas)
Según los balseros, las detención de “traficantes” y el rescate de “víctimas de trata” que anunciaran las autoridades federales a lo largo de la semana no ha ocurrido: los que saben que son traficantes siguen operando, pero en otras áreas, y a las personas que intentan cruzar en las áreas donde operan son regresadas a Guatemala.
Alrededor de dos mil familias, nos dicen, viven de hacer los viajes: 25 pesos mexicanos por persona en el día y 50 si es de noche, ¿estas dos mil familias también serán beneficiadas por los programas federales mexicanos como los que se enviaron a El Salvador?