El 20 de abril de 1999 en punto de la media noche dio inicio un paro de actividades en 27 planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que, 10 meses después, se convertiría en la huelga más larga en su historia.
Y es que, el Consejo Estudiantil Universitario quedó acorralado ante la falta de diálogo con el entonces rector Francisco Barnés, quien buscaba reemplazar las cuotas simbólicas de inscripción de 20 centavos a 2 mil pesos.
Pero vamos desde el inicio, el problema comenzó el 11 de febrero de 1999 con las propuestas emitidas en rectoría y firmadas por Francisco Barnés que, entre otras cosas, establecían modificaciones al Reglamento General de Pagos.
UNAM huelga más larga
El nuevo planteamiento anunciado por las más altas autoridades de la UNAM se establecían en el documento titulado: ‘Sociedad solidaria, universidad responsable’. Que contaba con un esquema apegado al novedoso ‘neoliberalismo’ que impregnó la política de aquella década.
Lo anterior aumentando las tarifas de inscripción anual del alumnado de 15 centavos a 1360 pesos en el caso de la preparatoria; así como de 20 centavos a 2 mil 40 pesos para el alumnado de nivel licenciatura.
El principal argumento de Francisco Barnés se encaminaba a destacar una reducción de dependencia al presupuesto público y a garantizar las ‘tareas fundamentales’ de la Universidad. Considerándolo suficiente para considerarlo entre los Consejos Técnicos sin dialogar con los representantes estudiantiles.
Los universitarios expusieron entre la comunidad que el aumento de costos no era lo único grave de la propuesta, pues de no estar al corriente el pagos, un alumno podría perder su derecho a reinscripción.
Estalla la huelga más larga en la UNAM
Sin que existiera un diálogo con los estudiantes (que ya criticaban la propuesta) y pese a varias manifestaciones de la comunidad, el Consejo Universitario aprobó la reforma de Barnés en privado el 15 de marzo de 1999.
En la asamblea estudiantil del 7 de abril se confirmó el paro total de actividades a nivel general y se pidió una vez más que el rector, Francisco Barnés estableciera juntas de diálogo con los estudiantes. Aunque el rector nunca quiso dialogar.
Un día después, 26 planteles ya habían firmado el paro y lanzado un pliego petitoria que pedía la inmediata cancelación de la aplicación de cuotas de pago que violaban el derecho a una educación gratuita. Actos que el rector calificó de ‘lamentables’.
Finalmente, esta cronología llega al 20 de abril donde estalla la huelga general con 27 planteles apoyando al Consejo Estudiantil y criticando las acciones del rector Francisco Barnés, a quien acusaron de seguir su idealismo político priista por encima de la Universidad.
¿La resolución?
Habían pasado 207 días de huelga y llegó primero la renuncia de Francisco Barnés que una propuesta de diálogo con los estudiantes. Quienes no cedieron ante el nuevo rector, Juan Ramón de la Fuente y lo orillaron a tomar protesta con una universidad cerrada. Hasta el 6 de enero del 2000, cuando presentó formalmente la llamada ‘Propuesta Institucional’.
Luego de un polémico plebiscito que intentó derogar la decisión de ‘levantar el paro’ de los estudiantes a la ciudadanía, De la Fuente no logró el cometido y la huelga continuó. Aunque en febrero cerca de 2 mil agentes de la policía federal irrumpieron el edificio de Rectoría para recuperar las instalaciones y detener a 600 paristas.
El paro terminó a usanzas de las fuerzas de seguridad ciudadana y el 14 de febrero del 2000 las aulas se reabrieron para que una generación de 2 mil 300 estudiantes regresaran a empatar los 10 meses de retraso dada la huelga.
La huelga del 99 rindió frutos y no solo logró la renuncia del ‘rector neoliberal‘ sino que las autoridades de la UNAM acataran casi todos los puntos del pliego petitorio estudiantil:
- El regreso a las cuotas de 20 centavos de inscripción anual
- Se rompieron relaciones con el CENEVAL y la UNAM se encargó de sus propios exámenes de admisión
- Hubo permanencia para el pase reglamentado
Hoy en día, la huelga del 99 se recuerda como un movimiento estudiantil que denunció y exigió su derecho a la educación libre y gratuita haciendo uso de la libertad de expresión y la manifestación pacífica.
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