Desde julio de 2017, los habitantes de Ixtlahuaca mantienen un campamento en el Cerro Gordo, buscando evitar que la empresa michoacana Grupo Minero Betancourt, que trabaja actualmente en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM). Esta compañía ha estado usando explosivos tipo C-4 (de los mismos que se ‘usan’ en cualquier videojuego de disparos) para extraer basalto, dañando el hábitat natural de la zona, así como vestigios arqueológicos.

El campamento es simplemente una lona en la que hay dos colchones en los que se rotan las guardias para evitar que la compañía minera se acerque más al cerro para detonarlo. La causa de los habitanes de este municipio ha prosperado, pues la destrucción del cerro no ha avanzado, sin embargo denuncian que han sido amenazados por la empresa que, sospechan, han mandado hombres armados fingiendo ser agentes ministeriales. Sin embargo, se mantienen firmes en no dejar que avance la extracción de basalto:

“De aquí no se llevaron una sola piedra y no vamos a dejar que exploten el cerro. ¿Qué clase de vida nos quieren dar?”

La detonación de este y otros cerros resulta necesaria para que el NAICM funcione adecuadamente. Las autoridades a cargo de la construcción han indicado que es necesario recortar la punta de éstos porque entorpecen la visibilidad desde las torres de control y las pistas, haciendo riesgoso cada despegue y aterrizaje.

Por otro lado, también se encontraron varios vestigios arqueológicos pertenecientes a la zona de Teotihuacán, que se encuentra a sólo 5 kilómetros de donde se están haciendo las operaciones del grupo minero. Aunque por ahora la protesta se encuentra en Ixtlahuaca, según reportan los pertenecientes a este campamento, en Tepetlaoxtoc, donde no se pudo salvar el cerro, ahí se dañaron los basamentos de dos centros ceremoniales que, se cree, pertenecieron a la cultura olmeca.

Ante la situación, ni el INAH ni la SEMARNAT han salido a defender la zona o las piezas arqueológicas. Por un lado, es necesario (extrictamente necesario) que sean recortadas las puntas de los cerros que rodean el aeropuerto para garantizar su funcionamiento y la seguridad de todos los pasajeros una vez que esté abierto; sin embargo, hubiera sido prudente que se hiciera un estudio más claro y profundo sobre la ubicación para construir este proyecto tan ambicioso, antes de tener que hacer todos los arreglos sobre la marcha, perjudicando comunidades enteras.

Con información de: La Jornada


Amicus Humani Generis

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *