Para la veracruzana Doña Cata no existía un mayor “instrumento de placer” que el pene y lo veneraba tanto que su familia le ha concedido un último deseo póstumo: le erigieron un monumento al pene en su propia tumba en el panteón de Ignacio Zaragoza en Misantla.
El periódico Debate informa que el pasado fin de semana se llevó a cabo la develación de la inusual estatua al pene en honor de Doña Cata que siempre creyó que el órgano sexual masculino era muy subestimado y al que no se le daba el valor que se merecía realmente.
Según cuentan, el artista que esculpió tremenda obra fue Isidro Lavoingnet, un conocido constructor dedicado principalmente a la elaboración de lámina de plástico y tinacos. No sabemos si antes ya había creado algo similar a esto, pero digamos que se esforzó bastante para recrear la forma de un pene circuncidado, desde su escroto y frenillo hasta su glande.
Aquí lo tienes para tu contemplación:

Uno de los nietos de la señora explicó también que decidieron levantar en su honor la estatua porque incluso ella consideraba que el pene debía tener su propio “día especial”, pues era “el principal instrumento de placer y valor”, como relató Álvaro, su nieto, y agregó que la mujer siempre vio mal los tabúes de las personas contra el cuando consideraba que era algo tan natural… y pues sí, tenía mucha razón.

Ahora la tumba de la mujer se puede reconocer desde lo lejos y sus familiares incluso creen que podría tratarse de una estatua única en su tipo que alguien más haya tenido la idea de erigir en algún panteón de México… y pues sí, también tienen mucha razón.
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