Gabriela Cuevas Barrón, senadora y exdelegada panista de la Miguel Hidalgo, anunció ayer, 21 de enero, que renunciaba a su militancia al Partido Acción Nacional (PAN) para sumarse al “movimiento plural convocado por el licenciado Andrés Manuel López Obrador”.
Conferencia de prensa https://t.co/3Vqm3wngUH
— Gabriela Cuevas (@GabyCuevas) January 21, 2018
Apenas la semana pasada, López Obrador estaba abriendo las puertas de Morena a todos los (otros) rebeldes del PAN que quisieran abandonar el barco. Entonces, y como el pez que muere por la boca, Ricardo Anaya aseguró que nadie de su partido lo abandonaría: el Frente era fuerte y su candidatura aún más (ay, Anayita…).
El domingo, un día más que extraño para conferencias de prensa (y más aún cuando las citan dentro de las oficinas del Senado), la senadora Gabriela Cuevas anunciaba que renunciaba al PAN y se sumaba a quien, diez años atrás era su peor enemigo, Andrés Manuelovich. (Vía: Animal Político)
Bienvenidos Cuauhtémoc Blanco y la senadora, Gabriela Cuevas. La patria es primero.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) January 21, 2018
Juntos haremos historia. pic.twitter.com/wjvnxWtLdw
Cuevas es una panista, aunque ya haya renunciado a su partido: se formó dentro de las juventudes panistas: entró al partido desde los 15 años (sí: se puede ser un adolescente aún más insufrible); trabajó con figuras centrales del panismo, como Carlos Castillo Peraza y era cercana a César Nava, exlíder panista en los años foxistas.
Ya en el 2006, cuando estaba a todo el proceso de desafuero de su ahora jefe, Andrés Manuel, ella y Jorge Lara pagaron la fianza impuesta por el juez del caso para que AMLO no fuera arrestado y pudiera seguir el proceso en libertad. (Vía: El Universal)
Cuevas, como senadora, ha votado por muchas de las leyes, iniciativas y reformas a las que se ha opuesto, históricamente, Andrés Manuel y su grupo cercano (los, ahora, miembros de Morena). Votó por cada una de las reformas estructurales y, en un historial mucho más reciente, lo hizo también por la Ley de Seguridad Interior.
Tras su salida, el troll agramatical favorito de Plumas Atómicas, Javier Lozano, se regodeó de la decisión de quien fuera su compañera: para el porro, la salida de Cuevas era otra derrota más para Anaya (¿será que ya no se acuerda de que también sería un riesgo para la campaña de Meade, pues su acercamiento podría convencer a muchos votantes del perfil de Cuevas?).
El Comité Ejecutivo Nacional del PAN lanzó, casi al instante, un comunicado de prensa en el que dicen que, aunque respetan la decisión de Cuevas Barrón, la queman: su salida, acusan, se debe a que no se le garantizó una diputación federal plurinominal, pues “no eran tiempos”… eso, o ya las tenían comprometidas con el PRD y Movimiento Ciudadano, porque #Frente:
“El Comité Ejecutivo Nacional informa que, aún y cuando se respeta su decisión política, es importante hacer del conocimiento de la militancia y de la ciudadanía que detrás de esta determinación está el hecho de que no se le garantizó a la Senadora una diputación federal plurinominal que exigía al Partido, al no ser aún los tiempos de definición para ello.” (Vía: PAN)
Las desbandadas del PAN y el PRD están a la orden del día: algunos lo hacen porque no les dan candidaturas, otros porque no concuerdan con la alianza, otros porque… bueno, porque así es la política nacional… ¿no?