En el marco de la celebración por el Día Internacional de la Enfermera, el presidente Enrique Peña Nieto (EPN) dio a conocer los cuatro signos vitales de una economía nacional con desarrollo estable:

1. Crecimiento económico: De acuerdo a cifras del INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), en el primer trimestre la economía creció 2.9 por ciento, y no ha crecido más porque la caída en los precios del petróleo ha impactado negativamente en el crecimiento de este sector. Se puede observar consistencia en los dos últimos años de un crecimiento mayor al 3 por ciento.

2. Empleo: En el pasado mes de abril se crearon 82,562 puestos formales de trabajo; lo que significa 17 mil 500 más que en abril de 2015. El empleo está creciendo a una tasa anual de 3.6%, incluso mayor al crecimiento de la economía.

3. Consumo: La economía se está dinamizando. Las ventas reportadas por la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales) para el mes de abril muestran un crecimiento de 10.1 por ciento anual. Lo que indica que los mexicanos tienen mayor capacidad de consumo. En el mismo mes la venta de vehículos creció más de 20 por ciento.

4. Inflación: El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la cifra en abril que fue de 2.54% anual, la tasa más baja para un mes similar desde 1970, cuando se empezó a medir la inflación de cada mes.

*La información de arriba está tomada de Presidencia.

epn

Si según EPN todo está tan bien, ¿por qué la percepción generalizada es que nuestro país atraviesa una crisis estructural profunda? En primer lugar, cabría aclarar que desarrollo económico estable no necesariamente se traduce en igualdad de ingresos para todos. Muy por el contrario, México es de los países con más altas tasas de desigualdad. De acuerdo con el Informe de Oxfam más reciente, en nuestro país en el 1% de la población está contenido el 43% de la riqueza nacional.

Para Oxfam, es necesario que la concepción de la política social en el país cambie, pues “no ha funcionado y eso es más que evidente. Han pasado ya más de dos décadas de innovaciones en la política social y de cambios continuos en los programas y las estrategias sociales, pero las tasas de pobreza son las mismas que aquéllas de hace dos décadas. Con base en el aumento de la población en ese lapso—más de 30 por ciento— el número de pobres en México ha crecido en una proporción similar” (vía La Jornada).

El problema de la economía mexicana no tiene que ver, entonces, con un desarrollo insuficiente, sino con políticas que no se enfocan en luchar contra la desigualdad por medio de programas sociales de inclusión.

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