Desde que la actriz Yalitza Aparicio ascendió a la fama debido a su interpretación de una empleada doméstica en la película de Roma (2018), de Alfonso Cuarón, ha recibido toda clase de burlas. En un nuevo episodio de discriminación, un columnista llamó a Aparicio “trabajadora del hogar” y, sí, le llovieron críticas.

Enrique Galván Ochoa es un reconocido analista de negocios. En su más reciente columna para el diario La Jornada, Ochoa intenta hacer consciencia sobre la desigualdad en México y el estatus laboral de las trabajadoras del hogar en nuestro país… pero por la alguna razón, pensó que referirse a Aparicio como una trabajadora doméstica sería una gran idea.

“El 30 de marzo se conmemora el día internacional de las trabajadoras del hogar”, escribió Ochoa en su cuenta de Twitter. “A ninguna, por cierto, le ha ido tan bien como a Yalitza Aparicio”, agregó.

“Pésimo tu comentario”, le respondieron

Para empezar, la actriz no tiene nada qué ver con el mundo de las empleadas domésticas, aunque sí ayudó a darle visibilidad. Sin embargo no es ninguna justificación. “Yalitza es maestra de preescolar y actriz mexicana”, le recordaron a Ochoa en Twitter. “La revista Time la clasificó como la mejor actuación de 2018. Actualmente embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO”.

“Lo sé, querida”, respondió el columnista. “Mi comentario se refería al papel que desempeñó en la película”, explicó.

“Ojalá que su intelecto le alcanzara para distinguir entre la ficción y la realidad, veo que no es así”, le señaló otra usuaria. 

Aunque posiblemente las intenciones de Ochoa no eran completamente malas al recordar que en México las trabajadoras del hogar sufren de unas pésimas condiciones laborales, lo único que hizo fue insultar y menospreciar a la actriz a costa de nada.

De acuerdo con las cifras recogidas por el propio Ochoa, en nuestro país hay 1.8 millones de trabajadoras domésticas que realizan quehaceres de limpieza y otras actividades complementarias, que trabajan 30 horas a la semana y perciben un ingreso de 38 pesos por hora. Sin embargo, de cada 100 trabajadoras, 99 prestan sus servicios sin un contrato escrito; solo 4 de cada 100 tienen acceso a servicios de salud y 28 de cada 100 tienen algún otro tipo de prestaciones, como aguinaldo y vacaciones.

“Falta recorrer mucho camino para que tengan un estatus laboral como en Estados Unidos o Europa”, concluye.

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