Las publicaciones que justifican o intentan racionalizar la xenofobia y el odio contra el Éxodo Migrante han sido ricas y variadas: desde los que preguntan que por qué no se ayuda a Nayarit y sí a los refugiados centroamericanos, hasta los que los acusan de traer enfermedades erradicadas desde mediados del siglo XX
Te equivocas, Misael. Ningún damnificado ni del Multifamiliar ni de ningún predio de Damnificados Unidos está representado en esa imagen.
— Damnificadxs Unidxs de la Ciudad de México (@DUCDMX) November 19, 2018
Esto es lo que pensamos ? pic.twitter.com/t9aekkvdGQ
México es un país con muchos muchos problemas, eso no le queda duda a nadie. Esos problemas, a veces, son responsabilidad directa de la clase política, otras son mucho más complejos, pues atraviesan contingencias naturales, emergencias provocadas por la actividad humana y la siempre complicada respuesta de las personas ante la tragedia ajena.
Sin embargo, como país (conste: como país, porque sí hay regiones con problemas muchos más graves que el promedio nacional) no estamos ni cerca de la cotidianidad de Honduras, Guatemala o El Salvador. Por ello, justamente, es que el Éxodo centroamericano partió de sus casas y está cruzando México.
Desde el 19 de octubre, cuando entró la que entonces llamábamos “Caravana Migrante” por sus similitudes con la que cada abril cruzaba el país, las publicaciones que intentan justificar y racionalizar el odio, el racismo y la xenofobia se han valido de los problemas del país para “explicar” por qué la crisis humanitaria que representa el Éxodo no merece ayuda mexicana.
Tres ejemplos de ello han sido las múltiples menciones de Nayarit, las comunidades tarahumaras en la sierra de Chihuahua y los damnificados de los sismos de septiembre del 2017.
Esas mismas publicaciones caen en un paternalismo grosero: más que preguntarles a esas mismas comunidades vulnerables y afectadas qué opinan, las convierten en armas y “argumentos” que, de hecho, son bastante falaces.
Que el gobierno mexicano y los habitantes de las varias ciudades que han ayudado al Éxodo estén, justamente, apoyando su tránsito por México, no cancela ni anula los programas sociales o las denuncias y revisión constante de la reconstrucción.

La coalición de damnificados de la Ciudad de México, Damnificados Unidos Ciudad de México, está siempre al pendiente de sus redes sociales, han participado en múltiples marchas y han apoyado a muchos movimientos sociales: desde la exigencia por la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, hasta el 50 aniversario de la masacre de Tlatelolco.
No fue sorpresa para nadie, entonces, que ahora que los usan como argumento falaz contra el Éxodo hayan respondido tan bien y bonito como lo hicieron:
“Las y los damnificados del sismo sabemos lo que es tener un gobierno que no garantiza el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda digna, el derecho a la vida. Entendemos lo que es ser víctimas de un proceso de desplazamiento, ya sea forzado, por violencia, por el hambre o por el negocio inmobiliario. Por ello, queremos expresar nuestra solidaridad con las y los migrantes que está transitando por nuestro país en busca de una mejor vida“.
Nuestro granito de arena para apoya a la #CaravanaMigrante pic.twitter.com/nVydp20IWx
— Damnificadxs Unidxs de la Ciudad de México (@DUCDMX) November 10, 2018
Obviamente, Misaelito no respondió más.