Javier Valdez Cárdenas, quien por años fuera corresponsal de La Jornada en Sinaloa, fue asesinado este lunes en Culiacán. En la céntrica colonia Almada, Valdez fue alcanzado en su camioneta y ultimado por múltiples disparos. (vía: La Jornada)

El ataque ocurrió pasado el medio día, en la vía pública; en las fotografías posteriores al homicidio se aprecia el cuerpo sin vida del periodista ante el asombro de los curiosos, los testigos y los paramédicos de la Cruz Roja que llegaron a atender, sin éxito, la emergencia que protagonizó el cronista del semanario Riodoce.

Al lugar del incidente acudieron igualmente agentes de la policía y del Semefo. Apenas pasaron unas horas del incidente se anunció que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Feadle) de la Procuraduría General de la República (PGR) atraería el caso del periodista. (Vía: La Jornada)

Javier Valdez Cárdenas, además de ser corresponsal de La Jornada y de Riodoce, escribió una vasta y reconocida obra sobre el narcotráfico. Sus libros y reportajes eran leídos y celebrados no sólo en el ámbito de la nota policiaca del país. El año pasado, por ejemplo, publicó el libro Narcoperiodismo, la prensa en medio del crimen y la denuncia, peculiar obra maestra del periodismo sobre el narcotráfico en Mexico a la par de Malayerba: la vida bajo el narco que muchos consideran acaso el mejor libro de Valdez. 

La última nota que Valdez hizo para La Jornada, fue entregada muy pocas horas antes de ser asesinado. La nota, que el periódico ha publicado casi a manera de epitafio, empiezan al siguiente frase: “Alrededor de un centenar de docentes realizó una protesta para exigir justicia en los casos de seis maestros asesinados en lo que va del año.”

Su entrega al periodismo fue cabal hasta el último minuto. El siguiente fue el último tuit que publicó esta misma mañana.

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