Si se te cae el pene quizá sea duro sentirte un hombre afortunado otra vez en tu vida, como creyó hasta ahora Malcolm MacDonald, de 47 años, después de tener colgado un miembro fabricado en el brazo. “Pero solo puede ir mal por un tiempo, ¿no?”, como él mismo cuenta ahora que todo ha vuelto a la normalidad… o algo así.
Malcolm vio cómo su pene “simplemente se cayó al suelo” un día al contraer una poderosa infección sanguínea grave en el perineo. Sin embargo, se le colocó quirúrgicamente un miembro artificial en su sitio original, después de haber pasado al menos seis años con un pene colgado en su brazo izquierdo, como parte de un inusual tratamiento.
“Me siento como un hombre de verdad otra vez”, exclama Malcolm de felicidad en un nuevo documental que describe su peculiar experiencia que comenzó en 2010 cuando el mecánico de Norfolk, Inglaterra, perdió su pene original.

Al perder su pene, Malcolm se comunicó con unos cirujanos que le fabricaron uno nuevo usando un colgajo de piel en su brazo izquierdo. La idea original era que el padre de familia no tuviera que vivir tanto tiempo con un falo colgando de una de sus extremidades, pero su primera operación tuvo que se detenido debido a la falta de oxígeno en su sangre.
La segunda cirugía para remover su pene nuevo y colocárselo de nuevo en la entrepierna se retrasó seis años debido una serie de confusiones en la programación, escasez de personal y luego por la llegada de la pandemia de Covid-19. Malcolm tuvo que aprender a vivir con un pene en su brazo.
Un día Malcolm intentó ayudar a una anciana a tomar un artículo de un estante en el supermercado cuando accidentalmente su pene artificial se escapó de su manga y casi golpea a la mujer en la cabeza, como recuerda en el documental “The Man With a Penis on his Arm”.
“La gente me pregunta sobre eso cuando me ve en el pub y, por supuesto, la gente hace bromas”, dijo el desafortunado hombre en una entrevista con el New York Post. “Pero lo entiendo. No todos los días ves a un hombre con un pene en el brazo. Por supuesto, veo el lado divertido. Tengo que. No tengo otra opción”.

Hasta que finalmente llegó el día de su extracción y colocación de su nuevo pene. “Fue una operación de nueve horas”, detalla el británico. “Lo primero que hice fue mirar hacia abajo y dije: ‘Oh, mis días. Lo consiguieron esta vez”, relata.
Los cirujanos extrajeron nervios y vasos sanguíneos del brazo de Malcolm que unieron en el área púbica para crear el suministro de sangre de su pene artificial. El equipo de cirujanos plásticos trabajó con urólogos para asegurarse de que Malcolm tuviera una uretra completamente funcional, y que pudiera volver a orinar con normalidad.
Los médicos también instalaron unos tubos para que el sujeto pudiera inflar su pene con una bomba y volviera a tener erecciones… pero incluso él mismo considera que su nuevo pene es mejor que el anterior.
Con la ayuda de los expertos, Malcolm diseñó el pene de sus sueños y añadió cinco centímetros extra al modelo original. “Estaban felices de escuchar cómo quería que fuera, lo cual fue increíble. No muchos pueden decir que tienen un pene de diseñador”, dijo anteriormente.
“Mi suerte en la vida no ha sido muy buena hasta ahora, pero solo puede ir mal por un tiempo, ¿no?” afirma. “¿Te imaginas seis años de tu vida con un pene balanceándose en tu brazo? Ha sido una pesadilla, pero ahora se ha ido”.
La historia de Malcolm no es un caso aislado. En marzo un hombre en Nueva York también casi pierde su pene cuando comenzó a pudrirse al inyectarse cocaína en una vena de su miembro.
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