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Durante prácticamente toda su campaña presidencial, Donald Trump se dedicó a atacar y cuestionar el sistema electoral estadounidense, reiteradamente señalaba la disfuncionalidad del sistema político, aludiendo que favorecía al establishment, incluso anticipó un fraude electoral en su contra. Ahora, siguiendo el comportamiento típico de cualquier demagogo, el presidente electo cuestiona la propuesta de la candidata del Partido Verde, Jill Stein, respaldada por el equipo de Clinton, de hacer un recuento de votos en los estados de Wisconsin, Michigan y Pennsylvania.

Trump responde a una actitud propia del populismo, ya que juega a conveniencia el papel de crítico acérrimo o defensor incondicional del sistema dependiendo de si hay algún beneficio para ellos, de tal forma, un día señala que las instituciones democráticas no sirven y al otro que representan fehacientemente la voluntad popular, dicho de otra forma, hoy valida y legitima las instituciones porque estas lo han beneficiado. No hay más que recordar cuando en el segundo debate señaló que si no salía beneficiado en las elecciones impugnaría los resultados, ya que acusaba a la clase política y  a los medios de comunicación coludidos con ellos de estar maquinando un fraude electoral en su contra.

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Ahora, disfrazado de demócrata, Trump se lanza a defender el sistema político y electoral  acusando a sus adversarios de no respetar la voluntad popular expresada en las pasadas elecciones en donde obtuvo la mayoría de los votos en el colegio electoral. Señaló que la victoria de Clinton en el voto popular (Clinton superó a Trump por más de 2 millones de votos directos)  se debe a que hubo muchos votantes ilegales que votaron por la candidata. Evidentemente sus afirmaciones carecen del mínimo sustento. (Vía: NYT)

El presidente electo atacó por medio de Twitter a la ex candidata del Partido Verde y al equipo de Hillary Clinton acusando de fabricar un “timo” contra él, debido a que su victoria en la elección fue clara y totalmente legítima. Asimismo alegó que los demócratas cometieron fraude electoral en estados como Virginia, New Hampshire y California, pero que los medios de comunicación lo ocultan porque prefieren publicar información sesgada en su contra.

Respecto a su afirmación de que hubo votos ilegales, Trump no presentó ninguna prueba de ello, ni mucho menos definió a qué se refiere con eso, ni qué personas estarían involucradas, debido a que su denuncia se redujo a los 140 caracteres de un tweet.

La reacción del presidente electo se dio después de que el equipo de Clinton se uniera, el sábado pasado, a la propuesta de Stein de hacer un recuento de voto por voto en Wisconsin, que podría extenderse a los estados de Michigan y Pennsylvania.

El senador y ex precandidato demócrata, Bernie Sanders, salió en defensa del recuento de votos alegando que esos procedimientos fortalecerán mucho más a la democracia norteamericana y, además, dotarán de mayor legitimidad a Donald Trump, en caso de que se ratifique su victoria.

Con todo y estos recuentos, es poco probable que Clinton pueda remontar la elección y cambiar los votos del colegio electoral, lo cual evitaría que Trump llegue a la presidencia el próximo 21 de enero de 2017. (Vía: The New York Times)

 

 

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