Dilma
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La presidenta Dilma Vana da Silva Rousseff fue separada este jueves 12 de mayo del gobierno de Brasil. Estos después de una sesión histórica en la que una gran mayoría del Senado brasileño votó a favor de iniciarle un juicio de destitución.

Con la salida de Rousseff, se pone fin a más de 13 años en el poder del Partido de los Trabajadores (PT), partido de corte izquierdista.

Al final de una extensa sesión, la cual duró casi 22 horas, 55 senadores (de un pleno de 81) se pronunciaron en favor de juzgar a la mandataria y apartarla del poder durante 180 días, por maniobras fiscales para engrosar las arcas durante su campaña de reelección en 2014.

Cabe destacar que Rousseff fue una ex guerrillera izquierdista y que en 2011 asumió como la primera presidenta de Brasil. La mandataria será reemplazada por su vicepresidente Michel Miguel Elías Temer Lulia, de 75 años.

Y es que Rousseff se va del cargo con apenas un 10% de popularidad, en medio de una grave recesión económica y un escándalo de corrupción que ha manchado a buena parte de la élite del poder en Brasilia (capital de Brasil). También se quedará sin inaugurar los Juegos Olímpicos que se celebran en agosto en Rio de Janeiro.

“Es desproporcionado, es como si quisiéramos penalizar con pena de muerte una infracción de tránsito”, dijo la senadora Gleisi Hoffmann, ex jefa de gabinete de Rousseff y miembro del PT.

“El impeachment es un remedio amargo, pero necesario” frente a la baja popularidad de Rousseff, el aumento del desempleo y la caída de la producción, dijo durante la sesión el senador opositor José Serra (PSDB), posible canciller del nuevo gobierno de Temer.

La destitución definitiva de Rousseff requiere de dos tercios de los votos del Senado (54 de un total de 81 miembros) al final del juicio político. Menos de los votos que se registraron este jueves en el Senado, lo cual hace muy poco probable que la presidenta vuelva al poder.

Muchos cuestionan este proceso en la cámara alta, donde una mayoría está acusada de corrupción. Hay que tener en cuenta que un estudio de la ONG Transparencia Brasil reveló que 61% de los 81 miembros del Senado han sido condenados o acusados de delitos en algún momento.

Por otro lado, destacó que, como si se tratara partido de fútbol de la “verde-amarela”, los brasileños siguieron los debates del Congreso desde sus hogares o en los bares, pero pocas personas salieron a las calles, contrariamente a las multitudinarias protestas del último año.

Sin embargo, para Michel Temer parece que llegó su momento. El que fuera miembro del partido de corte centroderechista Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMD), y quien hasta hace poco fuera el número dos y vicepresidente de Rousseff, ahora es uno de sus principales enemigos.

Es más, tanto esperaba este momento que hace unos días divulgó accidentalmente un audio con el discurso que dirigiría a la nación en caso de que la mandataria fuera destituida.

Asimismo, los mercados apuestan que Temer puede cambiar el rumbo de la economía del país. Pero también destaca el hecho de que el vicepresidente brasileño tiene una popularidad bajísima y enfrenta enormes desafíos, casi los mismos que hundieron a Rousseff.

Por su parte, Temer ya anunciará este jueves alguna de las figuras que integrarán su equipo de gobierno y la ya ex mandataria dará un mensaje a la nación a las 10:00 locales. Rousseff dejará el Palacio del Planalto (sede del gobierno) y se dirigirá al Palacio de Alvorada, la residencia oficial, desde donde preparará su defensa.

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Recordemos que gran parte del declive de la presidenta se debe también al megafraude descubierto hace dos años en la estatal Petrobras, que tiene en la mira a decenas de políticos de su PT y a aliados, así como a poderosos empresarios.

En si, Roussef no es blanco de ninguna investigación o acusación por corrupción. Pero tanto socios como rivales, muchos de ellos legisladores en funciones que votaron su juicio, son indagados o acusados en este inmenso escándalo que robó a Petrobras más de 2.000 millones de dólares.

Asimismo, Rousseff acusa a Temer de orquestar un “golpe moderno” en su contra y expresó que los gobernantes de la oposición que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales de las que se le acusaba.

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