La violenta erupción del Volcán de Fuego en Guatemala no ha parado la emergencia el país centroamericano. Lo imprevisible hizo de esta situación algo imparable y una catástrofe que ha tratado de ser minimizada por trabajos de rescate conjuntos y medidas preventivas.
Los grupos de rescatistas que están en Guatemala, incluidos binomios caninos mexicanos, han hecho un trabajo arduo y complejo, pues las condiciones del terreno, aunadas a los derrumbes y sedimentación de material volcánico no son precisamente entrenamientos que se puedan replicar.
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Hasta el momento, el número de víctimas mortales está rozando la centena, dentro de los cuáles se encuentran varios rescatistas que arriesgaron su vida y murieron en el desempeño de su trabajo.
Desde bomberos hasta rescatistas de formación han muerto entre derrumbes e intoxicaciones por la exhalación de materiales volcánicos que desprenden, a su vez, gases tóxicos.
Por otro lado, el trabajo que se está desempeñando para la búsqueda de desaparecidos y cuerpos de víctimas o sobrevivientes ha tenido que ser frenado por el gobierno por el peligro que implica.
Sin embargo, entre rescatistas y la sociedad civil han ignorado la advertencia para hacer frente a la emergencia. También los voluntarios, que se encuentran altamente en vulnerabilidad, pues tienen que conseguir su propio material para estas actividades, han sido víctimas.
No se tiene un registro de los rescatistas y voluntarios fallecidos en este proceso de rescate. Sin embargo, es una labor que no se ha detenido y que no se detendrá hasta que la emergencia esté solventada.
El número de desaparecidos, hasta el momento, es de 197 y el de afectados de 1 millón 700 mil personas, aproximadamente. No solo se ha tenido que hacer rescates de cuerpos y derrumbes, también de desalojo por el avance del material incandescente y los flujos de magma y lava.
Si bien era impredecible, la erupción del volcán pudo haber tenido víctimas menores si se hubieran elaborado protocolares y planes de contingencia prudentes de manera gubernamental.
Este volcán entró en actividad constante, poniendo en riesgo a las comunidades cercanas, que no fueron evacuadas ni prevenidas en ningún momento. De haber sido atendidas las muestras de riesgo volcánico, la emergencia y la contingencia sería menor en este momento.
Por ahora, grupos de rescatistas internacionales participan de la búsqueda y rescate de sobrevivientes y cuerpos de víctimas, que ayudarán a reducir la incertidumbre, pero que en cada momento también corren el riesgo de pertenecer a la misma estadística.
Con información de BBC
