Reino Unido niega asilo humanista pakistaní por no conocer a Platón

Hamza bin Walayat, un pakistaní que renunció a la religión musulmana, buscó asilo político en Reino Unido porque, denunció, su familia estaba mandándole amenazas de muerte, además de saberse perseguido por el gobierno de su país natal al pertenecer a otra religión, porque decidió ser humanista.

Walayat ha vivido en Reino Unido desde 2011 y ahí mismo es donde se convenció de abandonar el islam para hacerse humanista. Poco después de su decisión su familia comenzó a amenazarlo, por ser un desertor, además de haberse casado con una persona que no profesa la misma religión que él.

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La petición fue rechazada por la Home Office británica y en su respuesta incluyó que no pueden otorgarle ese derecho porque, simplemente, no pueden perseguirlo por sus creencias… porque no es humanista. Esto lo consideraron despué  de hacerle un pequeño examen de humanismo en que falló al reconocer a Platón y otros filósofos griegos, teóricos del humanismo. Se calificó su conocimiento de esta ‘religión’ como “rudimentario” y no lo pueden considerar un seguidor genuino de esta doctrina.

La respuesta del hereje desertor, fue que estaba medicado y cuando está bajo los efectos de su tratamiento olvida muchas cosas (seguramente esto no le ayudó en lo más mínimo). También declaró a The Guardian que:

“Dije la verdad (sobre mis creencias) y, en lugar de creerme, ellos están buscando excusas para echarme del país”

Posterior a este extraño acto de adoctrinamiento, varios humanistas salieron a defender a Walayat, asegurando que el humanismo no es dogmático y que sigue la simple premisa de aspirar a la vida en tanto la condición de hombre y su papel en el mundo con base en su búsqueda de satisfacción. Consideraron este acto del gobierno como discriminatorio, pues aunque no fuese humanista, su vida está en peligro por sus decisiones.

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Por otro lado, es necesario destacar que en Pakistán, la blasfemia y el ateísmo son perseguidas de manera judicial, además de ser condenadas por la población de manera bastante rigurosa. El caso de Walayat demuestra, en cierta forma, que existe un rechazo hacia la gente sin creencias religiosas, pues el puro pretexto para rechazar la solicitu de Walayat es que no conocía su religión, aunque esta no sea tal.

Con información de: The Guardian

Amicus Humani Generis

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