Una niña de 9 es una especie de genio que montó un negocio de dulces en su escuela y todo iba tan bien hasta que sus maestras incautaron su mercancía.
El diario digital Alem News informa que en Argentina, en la provincia de Misiones, Carolina, hija de un empresario reconocido, decidió iniciar un negocio en su escuela, la primaria Nº62 Luis Piedrabuena, en la localidad de Alem.
Todo empezó “medio tranqui” con algunos de sus amigos que le hacían pedidos y les llevaba sus dulces a escondidas, “para que mi mochila no estuviera tan cargada”, explica la menor. Hasta que el negocio creció exponencialmente.
Su papá, quien cuenta con una distribuidora de dulces, le suministraba todos sus pedidos, pero ella, con sus propias ganancias, le pagaba a su padre la mercancía. En su mejor momento, Carolina llegó a facturar entre 4 mil y 5 mil pesos argentinos, es decir, alrededor de 716 y 895 pesos mexicanos, por día… hasta que sus maestras lo arruinaron todo.
Aunque los padres de Carolina estaban al tanto del negocio de Carolina, las maestras le incautaron todos sus dulces cuando fue al baño y, por accidente, dejó su mochila abierta y las profesoras descubrieron que lo que habría adentro eran: ¡DULCES! Después de la incautación, las maestras pidieron urgente una reunión de padres pero los padres no entendieron el problema.
“Nunca quiere que nadie le de dinero de nada, ella se lo quiere ganar trabajando y creemos que es un buen ejemplo a seguir, no entendemos el escándalo de la escuela”, dijeron sus padres.
Sin embargo, Carolina no se dará por vencida y prometió que seguirá vendiendo dulces incluso si tiene que hacerlo sobre una sábana afuera de su escuela, aunque algún día también sueña con ser una empresaria y diseñadora de modas.
Y yo me pregunto, ¿por qué jamás se me ocurrió algo así? Quizá no soy tan inteligente.
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