Cuando la señora Karen Caballero se enteró de la trágica noticia de que había sido hallado un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, con decenas de migrantes muertos ella y el resto de familia se apresuraron a hablar a hospitales y consulados para saber si sus hijos estaban entre las víctimas. Así fue.
Los hijos de Karen, Alejandro Miguel Andino Caballero y Fernando José Redondo Caballero, salieron de Honduras el pasado 4 de junio para emprender un largo y tortuoso camino hacia Estados Unidos porque en su país ya no parecía que habría muchas oportunidades para ellos.
“Tenían metas y sueños y aquí no se iban a cumplir”, relató destrozada la madre en una entrevista con Telemundo. “Nadie les quiso dar trabajo, siempre les decían que no tenían experiencia”.
“Estaban ansiosos por hacer el viaje… todos los días me preguntaban: ‘¿mami cuándo nos vamos a ir?’. Parecía que iban a ir a un cumpleaños como cuando estaban pequeños y me decían cuándo es el cumpleaños”, platicó la señora Karen, que perdió a sus dos hijos que le habían prometido que le construirían una “casita”.
“Me causó mucha gracia la vez que me dijo ‘mami, cuando estemos allá sí te vamos a hacer tu casita’, y yo le dije: ‘yo ya no ocupo la casita porque ustedes ya no van a estar acá'”, contó entre lágrimas.
Alejandro Miguel, su esposa Margie y Fernando José fueron tres de las 53 personas que murieron por asfixia y sofocados mientras sus cuerpos se encontraban apilados como “sardinas”. Entre las víctimas se presume que se encontraban 22 mexicanos.
En un mensaje a la nación el presidente Andrés Manuel López Obrador atribuyó la tragedia, la peor conocida en Texas, a la situación de pobreza y “desesperación” en la región.
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