Un hombre en Corea del Norte fue condenado a muerte por contrabandear una copia del Juego del Calamar, serie de Netflix prohibida en el país.

El sujeto fue sorprendido vendiendo copias de la exitosa producción a siete estudiantes de secundaría, por lo que fue castigado por un pelotón de fusilamiento.

Se informó que el hombre será juzgado por contrabandear copias del Juego del Calamar desde China, a través de una memoria USB que fue vendida a un estudiante en Corea del Norte.

Hombre condenado a muerte por un pelotón de fusilamiento por tener una copia del juego del calamar
Foto: Twitter / @europapress

Fue el joven quien posteriormente compartió la serie del Calamar con seis de sus amigos. Entonces, será castigado con cadena perpetua, mientras se define el castigo para sus compañeros.

El servicio de vigilancia de Corea del Norte capturó a los estudiantes y al hombre, tras un aviso anónimo. De inmediato, el contrabandista fue condenado a muerte por fusilamiento.

Medios locales difundieron que los jóvenes que vieron la serie del Calamar obtendrán severos castigos. Aunque el cargo más grave es la cadena perpetua impuesta al estudiante que compró la copia.

Hombre condenado a muerte por un pelotón de fusilamiento por tener una copia del juego del calamar
Foto: Twitter / @El_Universal_Mx

En cuanto a los compañeros que vieron la serie por recomendación del amigo, el gobierno de Corea del Norte anunció días más tarde que serán castigados con cinco años de trabajo comunitario.

Trascendió que el contrabandista era uno de los administradores de la escuela secundaria, quien en complicidad de un profesor vendió las copias del Juego del Calamar.

Los individuos que supuestamente están involucrados por contrabandear perdieron su trabajo en el instituto, expulsados del partido oficial y serán enviados a trabajar a minas de carbón, según Radio Free Asia.

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Oaxaqueño. Comunicólogo. Recorrí a pie las calles de Oaxaca como reportero. Viví el futbol profesional como nunca en Nayarit y Zacatepec. Hoy redactor en Plumas y otros proyectos creativos. ¡Creo...