Esta es la historia de Izram Ali, un abogado pakistaní que pensó que sería buena idea invertir 138 dólares para comprar un terreno, pensó que sería un negocio a futuro. El problema es que no se puede habitar la luna y mucho menos adquirir predios. Se trata de una estafa.
Izram creyó que era buena opción creer en una publicación donde podía comprar una porción de la luna de 138 dólares, a cambio le dieron un ‘certificado de propiedad’ sin valor, es una hoja de papel que compró con su tarjeta de crédito.
El hombre contó su historia para un medio de su país. En 2020, Izram encontró un anuncio en redes sociales donde se anunciaba la venta de terrenos en la luna, pensó que sería una buena oportunidad, sin pensarlo metió una solicitud a la empresa Lunar Company.

Hizo un depósito de 138 dólares y de inmediato le mandaron su certificado de propiedad de las hectáreas numeradas del 1393 al 1397, cuatro hectáreas ubicadas en “El Mar de los Vapores”, al suroeste de la luna.
La empresa opera bajo el nombre de “Embajada lunar”, quien proporcionó un mapa de los terrenos numerados en la luna. Se trata de una estafa, para hacer más creíble el tema, mandaron los certificados por correo tradicional.
Los planetas no se pueden vender, no pertenecen a nadie. Hay otras empresas que venden estrellas, pero se trata de otra estafa.
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