El hackeo que está desatando un conflicto diplomático
En Estados Unidos, el conflicto post-electoral sigue: no sólo son las “declaraciones” (los tuits) del presidente electo, Donald Trump, o sus nombramientos más que controversiales para su gabinete… También el...
En Estados Unidos, el conflicto post-electoral sigue: no sólo son las “declaraciones” (los tuits) del presidente electo, Donald Trump, o sus nombramientos más que controversiales para su gabinete… También el escándalo provocado por la intromisión de agencias de inteligencia rusa en los dos partidos principales, y la aceptación (indirecta) del presidente ruso, Vladimir Putin, del hackeo han convertido este proceso cambio de poderes en uno que, constantemente, sigue marcando la agenda noticiosa.
Después de que varias agencias de inteligencia y policiales estadounidenses confirmaron que el hackeo que sufrieron las oficina centrales del partido demócrata sólo pudo haber venido directamente de las oficinas del Kremlin, el viernes 16, en una entrevista para la cadena NPR, el todavía presidente estadounidense, Barack Obama, declaró que:
Creo que no hay duda de que, cuando cualquier gobierno extranjero trata de afectar la integridad de nuestras elecciones, necesitamos tomar medidas-y lo haremos, en el tiempo y lugar que así decidamos. Algunas de ellas pueden ser claras y publicitadas, algunas podrían no serlo. Pero el señor Putin está muy consciente de mis decisiones al respecto, porque he hablado con él sobre ello. (Vía: The Guardian)
Tras varios días en los que pareciera que las declaraciones de Obama se quedarían como eso, la mañana de hoy, 29 de diciembre, la Casa Blanca publicó una declaración en la que da aviso de que varias agencias estadounidenses están “tomando acciones” contra sus contrapartes rusas, la FSB y la GRU (por sus siglas en inglés, fueron el objeto de la respuesta del ejecutivo estadounidense. Así mismo, declaró “persona non grata” a 35 miembros del cuerpo diplomático ruso, repartidos en varios consulados por todo Estados Unidos (en Maryland, San Francisco, Nueva York y Washington). (Vía: Whitehouse.gov)
Reportes oficiales la Department of Homeland Security (DHS) y el FBI han informado que una parte de los diplomáticos expulsados eran, en realidad, agentes de inteligencia rusos. Instalaciones en varias partes del país también fueron clausuradas por el DHS, el FBI y la CIA, pues había evidencia suficiente para considerarlas cedes de operaciones encubiertas por parte de los mismos ciber-espías rusos. (Vía: DHS, NCCIC, FBI)
Tan pronto como estas medidas fueron tomadas, el gobierno ruso, a través de un vocero de Putin, declaró que habrá una respuesta de su gobierno contra las decisiones “unilaterales” de los Estados Unidos. Rechazan, además, las acusaciones y advirtió que, probablemente, “la embajada estadounidense habrá de reducirse en Moscú, así como el tamaño de los consulados por todo el país.” (Vía: The Daily Beast)
Mientras tanto, el presidente electo, Donald Trump, que se ha caracterizado por su apoyo a las políticas y al líder ruso, ha minimizado sistemáticamente el problema desde sus inicios, esta vez sólo declaró desde su residencia vacacional en Florida que “deberíamos de seguir con nuestras vidas. Pienso que las computadoras complican las vidas muy grandemente. Toda la era de las computadoras ha hecho que nadie sepa exactamente qué está pasando.” (Vía: The Guardian)