Los animales pueden llenar de vida a todas las personas, incluso hasta los más grandes de la casa y eso quedó demostrado con un grupo de gatitos rescatados que fueron llevados a un asilo de ancianos donde las personas los cuidan como si fueran sus nietos porque los llenan de amor y apapachos.
Todo comenzó cuando Lori Irby, una cuidadora de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA), llevó a los felinos abandonados al asilo para apoyar a uno de los residentes del lugar, pero tras la llegada de los animalitos, estos se ganaron el corazón del resto de ancianos que comenzaron a mostrar alegría por la convivencia con los gatitos.
“Había una residente en particular que sufría de trastorno de estrés postraumático y depresión, pero cuando recogió a un gatito, cambió instantáneamente. Ella estaba sonriendo y tranquila por primera vez en mucho tiempo, entonces pensé: ‘¿Qué pasaría si tuviéramos que ofrecer la misma experiencia a todos?'”, declaró Irby para el Washington Post.

Fue de esta manera que los famosos “michis” llegaron a las vidas del resto de residentes del hogar; sin embargo, todo fue un proceso porque primero se tuvo que averiguar si alguno de ellos tenía alergia a los felinos. Para buena suerte, no hubo ningún inconveniente y fue así como inició la terapia en el asilo para todos los ancianos con los gatitos que ahora los cuidan como a sus nietos.
Ahora la actividad dentro del asilo consta en que cada semana, todos los adultos mayores, que no sufran de alguna alergia, pueden disfrutar al menos 45 minutos con los pequeños felinos a los que pueden cargar, abrazar, besar y dar mimos.
El proceso con una camada de gatitos culmina cuando estos ya tienen la edad suficiente para ser esterilizados y darlos en adopción, tras ello, Lori Irby lleva un nuevo grupo de felinos cachorros para así apoyar a los ancianos y de igual manera hacer que las futuras mascotas aprendan y se adapten al contacto humano.
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