Hoy el Estado Islámico difundió por medio del Internet un video donde se muestra el asesinato de cinco personas, espías de Reino Unido. En la grabación hay insultos contra el primer ministro británico, David Cameron y amenazas de atentados terroristas contra la nación inglesa.
El video tiene una duración aproximada de diez minutos, los cinco supuestos espías son obligados a arrodillarse en una zona desértica no identificada. Después, son acusados de espionaje, reconocen sus culpas y, finalmente, son asesinados con un balazo en la cabeza. Al frente de la escena aparece un hombre encapuchado y con acento británico que afirma la próxima invasión del Estado Islámico sobre Reino Unido y le reclama al gobierno de esa nación su unión a los ataques aéreos de la coalición contra el EI.
“Este es un mensaje a David Cameron, el esclavo de la Casa Blanca y mulá de los judíos, qué extraño es escuchar hoy en día a un líder insignificante como usted desafiar el poderío del Estado Islámico”, afirma el hombre encapuchado, cuya identidad de desconoce. (vía Notimex)
En tanto que el hombre hace declaraciones, insultos y amenazas frente a la cámara, los cinco rehenes (vestidos de naranja) reconocen su responsabilidad por espionaje, uno de ellos aclara que estaba en busca de la ubicación precisa de las bases extremistas para planear un ataque aéreo por parte de la coalición. Ninguno de los cinco asegura ser inglés, algunos confiesan que su país natal es Siria y sólo uno asegura haber nacido en Líbano.
Antes de disparar contra las víctimas, el hombre que dirige la ejecución del acto, dice viendo a la cámara:
“Todo el gobierno británico. Todos los habitantes de Reino Unido, saben hoy que la ciudadanía británica está fuera y que el Estado Islámico, nuestro país, está aquí para quedarse y vamos a seguir para librar la yihad, romper fronteras y un día invadir su tierra”.
Tras gritar “Alá es grande”, el primer rehén es asesinado y, en seguida, los otros cuatro. Al final del video un niño de corta edad dice con acento británico que irán a matar a los no creyentes señalando hacia el horizonte.