Siempre hemos escuchado que comprar un árbol de Navidad artificial no es la mejor opción. En cambio, suelen recomendarnos comprar uno natural, presuntamente esto sería mejor para el medio ambiente, pero ¿por qué?
Pensemos que con la producción masiva de árboles sintéticos favorecemos a distintos tipos de contaminación. Desde el agua, hasta el consumo de combustible, el almacenamiento; etc. En cambio, cuando consumimos árboles naturales, favorecemos la producción de oxígeno. Según expertos como el ingeniero Luis Ángel Castillo, de la Universidad Autónoma de Chapingo, la producción de árboles naturales forma parte de un concepto de aprovechamiento sustentable de los bosques. Entre los beneficios, podemos encontrar:
- Producción de oxígeno debido a la constante siembra
- Creación de un ciclo económico que favorece a productores y comerciantes
- Reducción de incendios forestales
- Existe una mayor captación y filtración del agua
- La fauna del lugar se conserva y protege
En este sentido, en ocasiones se dividen las hectáreas para diferentes tipos de producción. Por ejemplo, donde cultivan árboles maderables, a menudo también se plantan árboles de Navidad. Estos pinos y oyameles no tardan más de seis o siete años en alcanzar el tamaño óptimo para venderse y colocarse en los hogares. Su cultivo también es sustentable, pues se hace en partes y de manera gradual. Sin que ello desemboque en la deforestación del terreno implicado.
Una vez que los árboles son talados, se plantan nuevos, de manera que se implementa un ciclo ininterrumpido.
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