A menos de tres meses de que inicien los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro —cuya inauguración está programada para el 5 de agosto —algunos países como Estados Unidos y Kenia, se han mostrado escépticos ante las medidas sanitarias tomadas por el Comité Organizador de las Olimpiadas para evitar la propagación del virus del Zika.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró alerta sanitaria a nivel mundial sobre esta enfermedad. Según datos de dicha organización, durante el último año el virus se ha propagado por 57 países, ha afectado a cerca de 1.5 millones de personas y se han confirmado más de 1, 300 casos de microcefalia o defectos de nacimiento, la gran mayoría en Brasil.
Aunque no se ha anunciado ningún cambio en la agenda, el Comité Olímpico Internacional declaró que están seguros de que la batalla contra el Zika podrá ser ganada y que no afectará el transcurso de los Juegos.
Sin embargo, la sensación de vulnerabilidad ante la amenaza del virus comienza a manifestarse en diversos comités deportivos alrededor del mundo. De hecho, el Comité Olímpico de Estados Unidos afirmó que su país podría considerar no enviar a sus atletas a participar en los Juegos.
Es importante tener en cuenta que no sólo está en riesgo la salud de los atletas sino también la de los miles de espectadores que viajarán a Brasil.
Según un artículo publicado por la Harvard Public Health, si se llevan a cabo los Juegos Olímpicos de Brasil sin haber controlado primero el contagio del Zika, podríamos estar delante de una catástrofe.
El Dr. Amir Attaran, autor del artículo e investigador de la Universidad de Ottawa, afirmó que se corre un gran riesgo si Brasil no modifica los términos del encuentro:
“Todo lo que se necesita es un viajero infectado, unas cuantas entradas virales de ese tipo, en unas cuantas ciudades, o tal vez continentes, y se podría producir un desastre de salud global (Vía HPHR).”
El investigador sugirió que las autoridades pospongan el evento o que se lleven a cabo en otra localidad brasileña libre de la amenaza del virus, ya que solo en Río de Janeiro se han registrado más de 26, 000 casos en lo que va del año.
Por su parte, la OMS ha aconsejado a las personas que planean viajar a Río de Janeiro para los Juegos, alejarse de zonas urbanas sobrepobladas y recomienda que las mujeres embarazadas eviten las zonas con mayor índice de propagación del virus.
Asimismo, los atletas participantes deberán someterse a exámenes médicos antes de su viaje, usar repelente en todo momento, cubrir su cuerpo en la medida de lo posible y practicar sexo protegido hasta cuatro semanas después de haber vuelto a sus países de origen.
Esto se añade a las discusiones que ponen en tela de juicio la capacidad de Brasil de poder hospedar con éxito la justa olímpica, ya que el país ha enfrentado un clima serio de inestabilidad política en las últimas semanas (como te contamos aquí).