Dos monjas renunciaron a sus votos para vivir juntas luego de que se enamoraran perdidamente mientras realizaban una misión religiosa en Sudamérica.
Se trata de Mónica Hingston quien se enamoró de Peg Moran, una moja franciscana con quien compartió casa cuando misionaban en Chile, lugar donde profundizaron sus sentimientos, según relató Hingston a la SBS. Asimismo, precisó tras su encuentro tomaron la decisión de renunciar a la religión.
“No habíamos tenido ninguna relación física, pero una vez que vivimos juntas lo hicimos y eso selló todo el asunto de la Iglesia. Ambas teníamos que darnos cuenta de dónde estábamos. Éramos miembros oficiales de una Iglesia que condenaba este tipo de relaciones. No podíamos continuar en la iglesia”, explicó Mónica.

Sin embargo, la decisión de las dos monjas no fue bien recibida. Según relató Mónica, la iglesia condenó sus acciones pues además de la relación que no era bien vista, ella es prima del cardenal George Pell, máxima autoridad religiosa en Australia, además que tuvieron que enfrentar las críticas por parte de la sociedad
“Fue la misma Iglesia a la que había pertenecido durante tantos años la que nos condenó a Peg y a mí, y de la que luego tuve que alejarme. Y pensé: ‘¿Cómo se atreven a imponer la moral de la Iglesia Católica a toda la sociedad?'”, expresó Hingston.
Los hechos ocurrieron cuando Mónica tenía 43 años (ahora de 79), tras su salida de la religión, ambas vivieron en Chile para luego trasladarse a Australia y establecerse ahí de manera definitiva.
Durante 26 años las dos monjas continuaron su vida juntas hasta que en 2011, Peg Moran falleció por un cáncer en la vesícula biliar, seis años antes de que en el país se aprobara el matrimonio entre personas del mismo sexo.

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