Por cada 10 jóvenes que juegan Pokemon GO, hay una persona pensionada. En ocho años, a esta generación le espera un reto enorme: por cada pensionado habrá 8 personas que aporten a la seguridad social. Y, de acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO) este número irá a la baja. Los especialistas señalan que la única forma de evitar un colapso financiero es la implementación de políticas que fomenten la educación. Pero, considerando el escenario actual, no son muy optimistas.
Actualmente, la mayoría de la población está en edad de trabajar. Pero, debido a que ha disminuido la natalidad y ha aumentado la esperanza de vida, aumentará el porcentaje de personas de edad avanzada. Esto podría significar algunos problemas para la economía.
En 2030, esta proporción será de 6 a 1 y en 2050 5 a 1. La siguiente década México podría ser declarada una de las naciones en envejecimiento. Patricia Chemor Ruiz, secretaria general de la CONAPO, advirtió que, de no cambiar las tendencias estaría en riesgo los sistemas de salud y de seguridad social; incluso podría tener resultados catastróficos para toda la economía.
“No habría pensiones que cubrieran las necesidades de los adultos mayores y además estos estarían llegando con enfermedades degenerativas o muy caras.”
El aumento de la población en edad de trabajar en proporción a la dependiente parará en 2030. En ese momento, los adultos mayores representarían el 15% de la población. Por ello, se tienen que establecer programas de inversión en la salud, educación y retiro. De no hacerlo, no habrá recursos para satisfacer las necesidades de los adultos mayores. Así lo señala Rodolfo Tuirán, investigador especializado en temas demográficos.
“Hoy en día la población de 60 y 65 años y más aumenta muy rápidamente por los crecientes niveles de sobrevivencia, si esto continúa en las próximas décadas… trastocará todo, desde el tipo de servicios que se ofrecen a estas personas, el papel de la seguridad social y de las instituciones de salud.”
Para disminuir la cantidad de pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, como cáncer o diabetes, la CONAPO, ha impulsado medias de prevención a través de convenios con el Instituto Nacional de Geriatría.
Hoy en día, la edad promedio en el mundo es de 30 años. En México, es de 27. Algunas estimaciones proyectan que en 2050 será de 36 años y en 2100 de 42. Pero, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), en México, el envejecimiento será mayor; el promedio llegará a 41 años en 2050 y a 51 en 2100. Algunos países como Japón España Holanda, Dinamarca, Hungría y República Checa ya han tomado medidas.
Francisco de Alba Hernández, investigador del Colegio de México, señaló que los países asiáticos han enfrentado esta situación sacrificando algunas cuestiones de lujo y han dirigido estos recursos a los niños, especialmente, en aspectos relacionados a la salud y a la educación. Afirma que en un país con mayor educación, la población busca cuidar su salud, trabajar y ser productivo, en pocas palabras, piensa en futuro.
“Eso les reditúo que cuando llegaron los cambios demográficos, estos niños crecieran con mejor salud, mejor educación y más productividad, cosa que no hicieron los países latinoamericanos, que no hizo México y estamos viendo los ejemplos de lo que seguimos haciendo mal”
Los especialistas insisten en que aún se puede aprovechar la proporción demográfica que actualmente tiene el país; sobre todo, en el ámbito educativo. Lamentablemente, esta labor ha sido muy deficiente.