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La aplicación de Facebook Live ha causado gran polémica. En las últimas semanas hemos comprobado que es una herramienta que ha cambiado los modos de divulgar la información permitiendo hacer streaming en vivo desde la red social más popular del momento.  Pero ¿hay motivos para creer que debe censurar sus contenidos?

La semana pasada hubo grandes protestas en las principales ciudades de Estados Unidos por dos videos difundidos en redes sociales. Primero, se viralizó un video grabado en Banton Rouge, Louisiana. En las imágenes se muestra cómo dos policías le disparan a Alton Sterling, un vendedor de DVD’s, mientras lo tenían sometido.

El día siguiente, Daimond Reynolds transmitió en vivo, desde Falcon Heights, Minessota, el momento en que asesinan a su novio; nuevamente, a manos de agentes policiales. Durante la grabación, dio testimonio de la brutalidad policial que ha sufrido su pareja, Philando Castile, quien sólo había sido detenido por una luz rota.

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Algo similar sucedería al día siguiente, durante las protestas en Dallas. Varios usuarios de esta red social transmitieron en vivo el tiroteo. Sin duda, se trata de un fenómeno completamente distinto a los videos que se subían hace una década al Youtube.
Cada uno de los millones de usuarios es, potencialmente, un camarógrafo. El alcance de la información captada y el público al que puede llegar no tiene precedentes. Jonathan Wald, productor de CNN, señaló, refiriéndose al tiroteo de Dallas.

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“Lo único cierto sobre esta noche: Si algo pasa, alguien con una cámara lo captará y probablemente lo transmitirá en vivo.”

De acuerdo a Al Tompkins, profesor de periodismo, presenciamos un hecho histórico.

“Facebook Live se volvió esta semana en lo mismo que se convirtió la radio en la Segunda Guerra Mundial; la televisión en el asesinato de John Kennedy, los servicios de cable durante la primera Guerra del Golfo y Twitter en la Primavera Árabe.”

Facebook Live fue pensada para competir con Periscope. Se buscaba que los usuarios generan más contenido y, en consecuencia, permanecieran más tiempo conectados. Incluso, para popularizar la aplicación, la empresa le ha pagado a algunos medios para que produzcan contenidos para este medio.

El propósito de la aplicación era que los usuarios pudieran ver que sucedía en una fiesta de cumpleaños, asistir virtualmente a algún evento social o, simplemente, hablar con sus amigos. Pero, como hemos podido ver en las últimas semanas, también se transmiten escenas violentas.

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El video de Philando Castile fue visto por más de un millón de personas antes de ser retirado de la red. Facebook insistió que un usuario o algún servidor lo reportó por su contenido violento. En cualquier caso, debido a la presión de los usuarios, tuvieron que subir nuevamente las imágenes. Al restaurarlo, la empresa indicó, únicamente, que se trataba de fallas técnicas.

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El propio Mark Zuckerberg, en una carta publicada en su perfil, en la que le da el pésame a la novia de Philando Castile, reconoce la importancia que tiene mantener abiertas las redes para que circule la información:

“Las imágenes que hemos visto esta semana son gráficas y desoladoras; muestran la luz del miedo con el que viven millones de miembros de nuestra comunidad cada día… Aunque espero que nunca tengamos que ver otro video como el de Diamond, nos recuerda por qué unirnos para construir un mundo más abierto y conectado es tan importante, y cuán lejos tenemos que ir.”

Ahora, antes de que inicie el video, le ha colocado la leyenda: “¿Seguro que quieres ver esto?”¿” El usuario debe dar su consentimiento explícito. El desafío para las políticas de contenido es enorme. Ahora, cualquiera puede grabar y transmitir en vivo, sin mayor restricción que tener un smartphone.

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Estos videos, no son los únicos actos violentos que se ha grabado. Por ejemplo, en junio pasado en Magnanville, Francia, un miembro de ISIS, mató a un policía y a su esposa mientras transmitía a través de Facebook. En Ohio, difundieron el video de una violación por medio de Periscope. También, una adolescente francesa “compartió” su suicidio por esta red social. En el caso del terrorista de ISIS, Facebook decidió bajar el video y cancelar la cuenta. Los directivos de la empresa señalaron a través de un comunicado.

“Los terroristas y los actos terroristas no tienen cabida en Facebook… Cuando nos reportan contenidos terroristas, los eliminamos tan pronto como es posible. Atendemos las solicitudes de eliminación de parte de las autoridades con la mayor urgencia.”

Al ser un fenómeno reciente no está claro cómo se manejan los contenidos. La red social afirma que, aunque cuentan con personal para revisar los videos más populares, la mayoría de las publicaciones son reportadas por los usuarios. Antes de borrar algún contenido, se considera el contexto y el tono.

“Por ejemplo, si una persona ve un tiroteo y usa Facebook Live para concienciar o encontrar al tirador, lo permitimos. Sin embargo, si alguien comparte el mismo video para burlarse de la víctima o celebrar el acto, lo removemos.”

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Los límites entre lo que debe hacerse público y lo que no, no son claras; y resolver este dilema no resultará nada fácil. Por lo pronto, surgen dos posturas. Hay quienes sostienen que publicar actos violentos provoca que sobredimensionemos los riesgos que hay a nuestro alrededor, por lo que sería mejor que las prohibieran. La otra parte sostiene que limitar este tipo de imágenes ayudaría a ocultar arbitrariedad como las que mostraron los videos de la semana pasada.

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