La OMS ha publicado lo que será la nueva versión de su ICD (International Classification of Diseases, en inglés) que rige lo que puede ser considerado una enfermedad y lo que no. Después de años de investigación, debate y análisis, la OMS ha decidido excluir a la transexualidad. Ya no se considerará una enfermedad.
Por supuesto, esta noticia representa un enorme avance para la normalización e inclusión de las personas trans en el mundo. Por muchos años la transfobia tuvo un bastión en una etiqueta médica que era más bien un resabio de una época en la que no había investigación suficiente alrededor del fenómeno de la transexualidad pero sí muchos prejuicios.

Ahora, la transexualidad pasará a tener un lugar entre las disfunciones sexuales. ¿A qué se debe el cambio? Básicamente, ya no se le verá ni tratará como un trastorno de la mente sino como una discrepancia física, pues lo que se atenderá será la falta de correspondencia entre el género de una persona y su cuerpo.
El ICD-11 será presentado en mayo del 2019 y entrará en vigor el 1 de enero del 2022. Aún queda por verse como reciben este cambio en la normativa instituciones gubernamentales, de salubridad, médicos, psicólogos y aseguradoras.

Por un lado, un problema común que enfrenta la comunidad trans es el estigma de que la transexualidad fuera catalogada como enfermedad, de la misma forma en que la homosexualidad fue considerada como una enfermedad hasta finales del siglo XX.
Sin embargo, por otro lado el cambio de categoría podría traer cambios de otro orden. Por un lado los endocrinólogos (como muchos en México) ya no podrán alegar que los cambios que se buscan con la medicación especial son meramente “estéticos”. Pero, por otro lado, las aseguradoras podrían cambiar sus criterios para cubrir esta condición en sus planes médicos.
En resumen: ¿La transexualidad es una enfermedad? No. ¿Requiere atención? Sí, pero el tratamiento sería que tu cuerpo se corresponda a tu género. El día de hoy la comunidad trans ha recibido una magnífica noticia que esperemos ayude a cambiar la forma en que son percibidos por la sociedad y tratados por la comunidad médica.