EL NARCO
EN MÉXICO
Como hidra invencible, los grupos de narcotráfico en México se multiplican después de que las autoridades detienen o ‘neutralizan’ a uno de sus líderes.
La historia de México demuestra que siempre hay una persona dispuesta a usar influencias, dinero y armas para tomar el control de un vacío de poder.
En tumultuosas conferencias de prensa, con policías o militares fuertemente armados, México y Estados Unidos frecuentemente anuncian la detención de altos mandos de organizaciones criminales.
En febrero de 2021 Estados Unidos anunció la captura de Emma Coronel; en agosto del 2020 México presumió la captura de “El Marro”. En 2019 el Ejército Mexicano capturó, y luego liberó, a Ovidio Guzmán, uno de los hijos de “El Chapo”.
La detención de un personaje relevante en la estructura de una organización delictiva suele acompañarse con expresiones como “un duro golpe” o “avance” hacia el desmantelamiento de organizaciones criminales. Sin embargo, desde el inicio de una guerra frontal contra el narcotráfico, declarada por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa en 2007, los indicadores de homicidios dolosos y un abanico de crímenes atroces como la desaparición de personas y el hallazgo de cuerpos en fosas clandestinas, continúan en aumento.
Cuando dio la entrevista a Sean Penn para Rolling Stone, el Chapo dijo que si él no estuviera al frente de la organización, nada cambiaría.
“El narcotráfico no depende de una persona”, declaró.
En 2016, Eduardo Salcedo Albarán y Luis Jorge Garay Salamanca, investigadores en políticas públicas, escribieron para la revista City Journal un artículo en el que argumentaron que cada cártel tiene vida propia, independiente del futuro de su propio líder.
“Las agencias de seguridad de países alrededor del mundo enfocan sus esfuerzos en capturas como la de El Chapo, es decir, tratando de capturar a los líderes criminales más buscados sin tomar en cuenta la complejidad de las redes criminales”, señalaron.
Según los investigadores, la estrategia contra organizaciones delictivas se piensa como si fueran estructuras piramidales: captura al jefe y se quedan sin cabeza. Sin embargo, las estructuras son más enredadas y cada componente puede funcionar de manera independiente a un poder “central”. Es decir, cuando se mueve el nodo de una de estas redes, las demás quedan intactas.
Este argumento se materializa cuando vemos lo que pasó con el Cártel de Sinaloa después de la extradición de El Chapo Guzmán a Estados Unidos en 2017. Los hijos de El Chapo, el Mayo Zambada y Caro Quintero siguieron operando. En el lugar de Guzmán quedó un vacío de poder que hasta la fecha todavía es disputado.
La historia del combate a los cárteles de la droga en México demuestra que por cada objetivo prioritario “neutralizado”, o por cada líder detenido, vendrá otra persona dispuesta a elevar el nivel de violencia para tomar el control de un territorio, con la misma organización a la que pertenece, o creando una nueva.
Por cada capo detenido, hay otro dispuesto a sustituirlo.
FUENTES: InSight Crime, Lantia Intelligence, Crónica, Aristegui Noticias, Animal Político, Expansión, Contralínea, El Economista, Milenio, Semanario Zeta, La Silla Rota, BBC.
CÁRTEL
DE SINALOA
La organización, considerada la más poderosa de México, surge en 1989. Su formación se da luego de la detención de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del primer cártel de México, el cártel de Guadalajara. Sus primeros líderes fueron Héctor “El Güero” Palma y Joaquín “El Chapo” Guzmán”, quienes también estuvieron asociados con Félix Gallardo.
El Chapo fue detenido en 1993 en Guatemala y luego fue extraditado a México, donde lo encarcelaron. Por su parte, el Güero en 1995 en los límites de Nayarit y Jalisco, luego de que se desplomó su avioneta. Sin embargo, la organización continuó operando con otros personajes como Ismael “El Mayo” Zambada, Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul” e Ignacio “Nacho” Coronel.
En 2001, El Chapo se fugó del penal de Puente Grande, en Guadalajara, Jalisco, y retomó el liderazgo del Cártel de Sinaloa junto con Nacho y el Mayo. El Güero Palma ya no pudo regresar a la jugada, puesto que no escapó de prisión y fue extraditado a Estados Unidos en 2007, donde lo sentenciaron por tráfico de cocaína.
A inicios de los 2000, El Chapo formó una alianza con los Beltrán Leyva y el Cártel de Juárez. Esta nueva asociación fue conocida como “La Federación”. Pero no duró. En 2008, los hermanos Beltrán Leyva, familia aliada del Cártel de Sinaloa en Guerrero y Sonora, se separaron y comenzó una disputa contra el Cártel de Sinaloa debido a traiciones mutuas. Lo mismo ocurrió con la organización de Juárez.
En 2010, el Ejército mexicano mató a Nacho Coronel en Zapopan, Jalisco, lo que originó un vacío de poder en el occidente de México que, posteriormente, fue aprovechado por los Mata Zetas, los cuales e separaron de la organización y fundaron el Cártel Jalisco Nueva Generación .
En 2014, El Chapo fue detenido por elementos de la Marina en Mazatlán, Sinaloa, y recluido en el penal de máxima seguridad del Altiplano, del cual escapó en 2015. En 2016, fue detenido por tercera vez y el 29 de enero de 2017 fue extraditado a Estados Unidos. Allí recibió una sentencia de cadena perpetua por narcotráfico.
Tras la salida definitiva del Chapo de la organización, se habría desatado una pugna interna. Primero esta fue entre “Los Chapitos”, los hijos de Guzmán Loera, y Damaso López, “El Licenciado”. Sin embargo, López fue capturado por las autoridades ese mismo año. Pero Los Chapitos no parecen haber podido consolidar del todo su poder, puesto que supuestamente sostienen disputas con otras organizaciones tanto al interior del Cártel de Sinaloa como con rivales en Jalisco y Juárez.
Actualmente se reconocen tres grupos en el Cártel de Sinaloa que estarían en un conflicto interno: el grupo del Mayo Zambada; el de los Chapitos; y un grupo relacionado a Rodrigo Páez Quintero, sobrino de Rafael Caro Quintero, que se disputa Sonora con Los Chapitos.
CÁRTEL DE LOS
BELTRÁN LEYVA
Durante la primera década del siglo XXI, los hermanos Alfredo, Arturo, Mario, Carlos y Héctor Beltrán Leyva eran operadores del Cártel de Sinaloa en Sonora y Guerrero, bajo la dirección del Chapo Guzmán.
En 2008, elementos de la PGR y el Ejército mexicano detuvieron en Culiacán, Sinaloa, a Alfredo Beltrán Leyva, quien en 2014 fue extraditado a Estados Unidos y condenado a cadena perpetua por tráfico de drogas.
El resto de los hermanos Beltrán Leyva consideraron que El Chapo había delatado a Alfredo, por lo que iniciaron una guerra contra el Cártel de Sinaloa. El 8 de mayo de 2008, Edgar Guzmán, hijo del Chapo, fue asesinado en un estacionamiento en Culiacán. El crimen fue adjudicado al Cártel de los Beltrán Leyva, aunque el Cártel de Juárez también habría estado involucrado.
Los hermanos Beltrán Leyva continuaron con sus operaciones y mantuvieron una alianza con el Cártel de Los Zetas , sin embargo, diferentes operativos, detenciones y asesinatos menguaron su fuerza.
El 16 de diciembre de 2009 Arturo Beltrán Leyva fue asesinado por elementos del Ejército Mexicano en Cuernavaca, Morelos. Dos semanas después la Policía Federal detuvo a Carlos Beltrán Leyva en Culiacán, Sinaloa.
Luego del debilitamiento de la organización criminal, parte de la dirección quedó en Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”; sin embargo, en 2010 fue detenido en Lerma, Estado de México y posteriormente extraditado a Estados Unidos, donde recibió una sentencia de 49 años de prisión por narcotráfico.
En 2014 fue detenido Héctor Beltrán Leyva, el último de los hermanos fundadores de la organización criminal, en Guanajuato. El último líder del Cártel de los Beltrán Leyva fue Juan Francisco Patrón Sánchez, alias “El H2”, asesinado por elementos de la Fuerza Aérea Mexicana en Tepic, Nayarit.
De la fragmentación del Cártel de los Beltrán Leyva se conocen los siguientes grupos: Los Rojos, Guerreros Unidos, Los Granados, Los Ardillos, Sierra Unida Revolucionaria y el Cártel Independiente de Acapulco.
Sin embargo, la célula que se desprende de los Beltrán Leyva con mayor fuerza, señalan estudios, sería la organización de la Familia Meza Flores, que opera principalmente en Sinaloa. Esta agrupación fue detectada desde los 2000 y es dirigida por Fausto Isidro Meza Flores, alias “Chapito Isidro”. Bajo su mando hay otros dos grupos criminales: los Mazatlecos y La Oficina.
CARTEL JALISCO
NUEVA GENERACIÓN
Bajo la supervisión de Nacho Coronel, el Cártel de Sinaloa operaba en Jalisco en alianza del grupo criminal local Cártel del Milenio. Este, a su vez, tenía un grupo armado llamado los “Mata Zetas”, que era empleado por el Cártel de Sinaloa contra Los Zetas en Veracruz.
En 2009 el Ejército mexicano detuvo a Oscar Nava Valencia, líder del Cártel del Milenio, y en 2010 Nacho Coronel fue asesinado en Zapopan, Jalisco. Ante el vacío de poder, el Cártel del Milenio tuvo pugnas internas y se separó en dos bandos: La Resistencia y los “Mata Zetas”.
En 2012, la Policía Federal detuvo a Ramiro Pozos, “El Molca”, quien era líder de La Resistencia, por lo que el occidente de México quedó en manos de los “Mata Zetas”, para entonces llamados Cártel Jalisco Nueva Generación.
El líder del Cártel Jalisco Nueva Generación es Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, quien junto con el Mayo Zambada, es uno de los dos objetivos prioritarios de la DEA en México. Desde que nació la organización se han extendido por prácticamente todo el territorio nacional y están en un conflicto directo con el Cártel de Sinaloa no solo por el occidente mexicano, sino por las plazas en entidades como Zacatecas.
Medios señalan que el Cártel Caborca, organización afiliada a Los Páez y Caro Quintero, de Sinaloa, hizo una alianza con El Mencho para quitar del poder en Sinaloa a los hijos de El Chapo Guzmán.
Si bien la organización de El Mencho ha crecido como ningún otro cártel, las autoridades han detectado pugnas al interior del CJNG. Carlos Andrés Rivera Varela, “La Firma”, supuestamente se ha separado del Cártel Jalisco Nueva Generación para disputar la plaza de Jalisco a Oseguera Cervantes.
Además, se ha detectado que un nuevo grupo criminal, identificado como Cártel Nueva Plaza, sería una escisión del Cártel Jalisco Nueva Generación. Su líder, Carlos Enrique Sánchez, alias “El Cholo”, habría traicionado al Mencho y, desde entonces, los dos grupos estarían luchando en Jalisco.
CARTEL
DEL GOLFO
Como el Cártel de Sinaloa, el Golfo es una de las organizaciones criminales más antiguas de México. De hecho, sus orígenes vienen de la prohibición del alcohol en Estados Unidos. Juan Nepomuceno Guerra creó en la década de 1930 una pequeña banda de contrabandistas de alcohol entre Texas y Tamaulipas.
El grupo de contrabando siguió y, cuando se acabó la prohibición, se enfocaron en marihuana y heroína.
Para los 80, finalmente nació el cártel que conocemos hoy. El sobrino de Guerra, Juan García Abrego, asumió el control de la banda. En 1984 llegó una oferta que convertiría a la pequeña banda en una verdadera organización criminal. García Abrego hizo un acuerdo con el Cártel de Cali, en Colombia, para mover cocaína a Estados Unidos a cambio del 50% de las ganancias.
El liderazgo de García Abrego continuó hasta que fue capturado y deportado a Estados Unidos en 1996. El heredero de la organización fue Osiel Cárdenas Guillén, un ex mando policiaco, conocido como “El Mata Amigos” por asesinar a su socio, Salvador Gómez Herrera.
Cárdenas Guillén, ante la necesidad de proteger los cargamentos de droga y a sí mismo, contrató en 1997 a un grupo de ex militares de México. Estos eran dirigidos por Arturo Guzmán Decena, un ex teniente conocido como “El Z-1”. Este nuevo brazo armado fue nombrado como Los Zetas.
En 2002, Guzmán Decena fue abatido por el Ejército mexicano y, al año siguiente, Cárdenas Guillén fue capturado.
El mando de la organización fue asumido por Antonio Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta” y hermano de “El Mata Amigos”; y Héctor Saucedo Gamboa, alias “El Karis”, quien moriría en 2009 durante un enfrentamiento con la Policía Federal. Sin embargo, el poder de estos no fue suficiente para mantener una cohesión como la del Mata Amigos. En 2007 Los Zetas se separaron del Golfo y comenzó un conflicto entre estos.
Durante la primera década del siglo XXI, el Cártel del Golfo fue pulverizado por las autoridades. En 2012, Tony Tormenta también fue abatido y a este le siguieron varios mandos que tampoco duraron, como José Eduardo Costilla Sánchez, “El Coss”, y Mario Ramírez Treviño, “Comandante X-20”. Ambos fueron capturados a menos de un año de la muerte de Tony Tormenta.
Actualmente se considera que la organización prácticamente ya no existe como cártel. En su lugar hay distintos grupos que se desprendieron de esta, como Los Ciclones, Los Metros, Los Escorpiones, Los Pelones y Fuerzas Especiales Grupo Sombra operando en distintas localidades en el oriente y sur de México.
LOS ZETAS
Esta organización comenzó como el brazo armado del Cártel del Golfo. El capo Osiel Cárdenas Guillén los contrató en 1997 como escoltas tanto de él como de los cargamentos de drogas que se transportaban a Estados Unidos.
Este grupo de ex militares eran parte de las tropas élites del Ejército Méxicano: el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE). Originalmente fueron 30 militares contratados por el Cártel del Golfo y su líder era Arturo Guzmán Decena, mejor conocido como “El Z-1”.
La agrupación fue clave para el Golfo porque integró la disciplina castrense a las filas y comenzó a entrenar a nuevos reclutas tanto con instructores mexicanos como con soldados de fuerzas especiales de Guatemala conocidos como los Kaibiles. Más allá del entrenamiento, los Zetas empezaron a practicar la exhibición de cuerpos desmembrados de los enemigos del cártel.
Así, el Cártel del Golfo, de la mano con este grupo distinguido por su brutalidad y disciplina, siguieron con la guerra por el control de las plazas del país contra otras organizaciones como el Cártel de Sinaloa.
En 2002, su líder, El Z-1, fue abatido por el Ejército Mexicano. Lo sucedieron Rogelio González Pizaña, “El Z-2”, capturado en 2004, y Heriberto Lazcano Lazcano, conocido como “El Z-3” o “El Lazca”.
En 2007, luego de años de crecer y una falta de cohesión con “Tony Tormenta” y “El Karis”, los líderes en ese entonces del Golfo, El Lazca y su grupo se separaron del cártel para formar su propia organización. Fue en ese entonces cuando nació el Cártel de los Zetas, operando principalmente en Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León. Hasta ahora es la estructura criminal más sanguinaria de la historia del narcotráfico en México.
Desde antes de independizarse, Los Zetas ya era un grupo con notoriedad tanto nacional como internacional y las autoridades mexicanas dedicaron, durante años, recursos militares para acabar con la organización.
En 2011, el gobierno federal se dio la tarea de desbaratar a Los Zetas. De este modo, en 2012, mataron a El Lazca y, en los años siguientes, capturaron a otros líderes como Miguel Ángel Treviño, “El Z-40”, y su hermano, Omar Treviño, “El Z-42”.
Con los golpes desde ese entonces, el cártel de Los Zetas comenzó a separarse en nuevas células, las cuales también empezaron a disputar las plazas de la droga entre ellas.
Especialistas y autoridades consideran que Los Zetas, como tal, ya no existen, sino que se trata de diferentes grupos antagónicos y autónomos.
A la fecha se han detectado 12 escisiones principalmente en estados mexicanos de la costa del Golfo, así como en Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Zacatecas, Chiapas, Quintana Roo y el Estado de México. Los grupos con mayor notoriedad son el Cártel del Noreste y su brazo armado, la Tropa del Infierno; Zetas Vieja Escuela, Zetas Sangre Nueva y los Talibanes, los cuales supuestamente tienen una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
CÁRTEL
DE JUÁREZ
Los orígenes del Cártel de Juárez están en la organización de Miguel Ángel Félix Gallardo, el Cártel de Guadalajara.
La plaza de Juárez estaba controlada por el Cártel de Guadalajara y su administrador era Rafael Aguilar Guajardo. Pero como ocurrió con “Güero” Palma y su gente en Sinaloa, Juárez se hizo una organización independiente luego que Félix Gallardo fue capturado en 1989.
En 1993, Rafael Aguilar Guajardo fue asesinado en Cancún y su lugarteniente, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, tomó el mando de la organización.
Durante los 90, el Cártel de Juárez creció significativamente. Carrillo Fuentes supuestamente era un narcotraficante negociador, más que conflictivo. Además, aprovechó las redes que había dejado Félix Gallardo para conseguir más poder al punto que llegó a controlar la mitad de todo el tráfico de México en ese entonces. Su operación se llegó a extender desde Estados Unidos hasta Chile y Argentina.
No obstante, el dominio de Amado Carrillo Fuentes no duró mucho tiempo; en 1997 murió en una cirugía plástica en la Ciudad de México. La organización vio un vacío de poder que derivó en una lucha interna de la cual al final salieron triunfantes su hijo, Vicente Carrillo Leyva, y los hermanos del Señor de los Cielos, Vicente y Rodolfo.
Los tres capos del Cártel de Juárez formaron una alianza con el Cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva en 2002, pero esta no se sostuvo y derivó en una guerra entre las tres facciones. Rodolfo Carrillo Fuentes ordenó la ejecución de dos socios de “El Chapo” Guzmán que le debían dinero. En respuesta, El Chapo asesinó a Rodolfo y así se desató una cadena de agresiones.
La organización de Vicente Carrillo Leyva, alias “El Ingeniero” y su tío Vicente, “El Viceroy”, tenía poder limitado a Chihuahua. Esta cobraba impuestos a otras organizaciones para pasar por su plaza y en buena medida dependía de alianzas con otras organizaciones.
Para poder mantener su poder en Juárez, han usado el poder de sus dos brazos armados: La Línea, Los Linces y Los Aztecas, pero no han sido suficientes para ganar la guerra contra sus rivales de Sinaloa.
Además, las autoridades tampoco le dieron mucho respiro a la organización. En 2009, el Ingeniero fue detenido y en 2014 capturaron al Viceroy. Medios señalaron que esto representaba el final del Cártel de Juárez. Por un lado, analistas apuntaban que el cártel se debilitaba y La Línea crecía; por el otro se señala que Juan Pablo Ledezma, el líder de La Línea, fue quien tomó el poder de la organización.