Este 5 de agosto, Soraya Jiménez protagonizó el doodle de Google como un homenaje por el que sería su cumpleaños 44. Pero, la vida de la representante de halterofilia que le regaló su primera medalla de oro a México en unos Juegos Olímpicos va más allá de sus logros deportivos.
Y es que tras colgarse la presea dorada en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, Soraya fue olvidada por sus amigos, autoridades deportivas y mexicanas que habían prometido apoyarla. Así lo dio a conocer su hermano, José Luis Jiménez, en una entrevista con la revista Proceso.
‘No quería limosna ni que le regalaran dinero. Quería una oportunidad para ganarse la vida y sentirse útil’, citó el medio en un reportaje sobre la deportista mexicana.
¿Quién fue Soraya Jiménez?
Desde temprana edad, Soraya Jiménez se integró a diferentes disciplinas como la natación y el bádminton. Pero, la nacida en Naucalpan, Estado de México, descubrió la halterofilia y ya no pudo soltarla.
Ganó su primer título al levantar 120 kilogramos en un concurso en Estados Unidos, con tan solo 16 años. En 1998 ganó los Juegos Centroamericanos y del Caribe y, un año más tarde obtuvo el segundo lugar en los Juegos Panamericanos.
Así llegaba a Sídney 2000, la justa olímpica donde se coronó con el oro olímpico, al levantar 225.5 kilogramos en la categoría de 58 kilos. Con esta victoria regresaba a su natal México.
¿Qué pasó después de Sídney 2000?
Tal y como lo relata su hermano José Luis, el furor que había por Soraya Jiménez a nivel nacional era una locura. Las televisoras a nivel nacional le ofrecían hasta 6 millones de pesos por su primera entrevista posterior a la medalla olímpica.
Mientras que, políticos, figuras del deporte y los organismos deportivos a nivel nacional le prometían trabajos y proyectos a cambio de su apoyo en campañas políticas, en ofrecer conferencias o inaugurar centros deportivos.
Sin embargo, de lo anterior, Soraya jamás cobraría un peso. José Luis Jiménez, describe a su hermana como una persona fuerte físicamente pero increíblemente sensible en el interior. Era incapaz de armar un alboroto por pagos pendientes y esto la llevó a la ruina económica.
Que, sumada con la falta de apoyo y olvido de las autoridades deportivas le ocasionaron constantes episodios depresivos que avanzaron hasta ser medicada por parte de psiquiatras.
Y es que, posterior a Sídney 2000, Soraya únicamente vio reconocido su trabajo al comprarse un departamento en la Colonia Condesa con el dinero que le dio como premio el Gobierno del Estado de México. Además de una camioneta del año otorgada por su patrocinador y que, después vendería para comprar autos menos caros.
Por si fuera poco, la ruina económica de la medallista de oro mexicana estaría acompañada de un gran sufrimiento físico, pues a consecuencia de la disciplina física que practicaba tuvo que ser operada por lesiones en varias ocasiones.
José Luis recuerda como previo a la justa olímpica de inicios de siglo, países europeos como Canadá, España y Turquía le ofrecieron becas de estudio, nacionalidad, ingresos económicos y casas, si Soraya decidía competir para ellos, pero debido a su gran espíritu nacionalista ni siquiera contempló esas opciones.
El abandono que sufrió Soraya Jiménez después de la gloria olímpica le trajeron consecuencias de salud, emocionales y penas que nunca pudo superar, como el no poder ayudar a sus padres o ser totalmente independiente. A lo que se le sumó la tristeza de no saber reconocer a sus verdaderos amigos, que asegura José Luis, fueron muy pocos.
Finalmente, el 28 de marzo del 2013, Soraya Jiménez murió víctima de un infarto a la edad de 35 años. La representante de halterofilia mexicana ya no pudo presenciar el avance en su disciplina olímpica.
Ahora, con las competencias de Tokyo 2020 aún vigentes, Google realizó un homenaje para recordar a la medallista olímpica mexicana. Quien, en los últimos años de su vida fue borrada del mapa de la gloria deportiva a nivel nacional.
Con información de: Proceso
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