De un tiempo para acá, en todas las campañas de todos los partidos políticos se habla de la inclusión de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad, prometiendo acciones que van desde el simple subsidio populista, como el salario rosa, hasta políticas públicas focalizadas en distintas problemáticas particulares, sin embargo, los propios partidos no son capaces de impulsar la inclusión de género al interior de sus propias organizaciones.
Esto sucede a pesar de que instituciones como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), han aprobado y ratificado distintos marcos legales que tienen la función de impulsar el acceso de las mujeres a espacios de representatividad y de toma de desiciones.
Hay que recordar que el grupo poblacional que más vota son las mujeres, por ejemplo, durante las pasadas elecciones presidenciales, el 66.6% de los 50 millones de votos totales fueron sufragados por mujeres.
Los avances más significativos sobre este tema en los partidos se ha dado en el ámbito federal, ya que para este proceso electoral, la proporción para las candidaturas a cargos federales quedó en: 792 a hombres, que equivale al 54.02% frente a 674 a mujeres, siendo este el 45.98%.
Sin embargo, el rezago en esta materia se encuentra a nivel local, en donde hay un desequilibrio del 62% hombres frente a 37% de mujeres, en un total de 6 mil 360 candidaturas. En el caso de las precandidaturas a gobernadores hubo una desproporción mayor: 37 hombres y solo 6 mujeres.
En los cargos ocupados actualmente, tenemos que solo hay una gobernadora y del total de alcaldías apenas el 15.6% están ocupadas por mujeres. En la Cámara de Diputados, el 42.6% son mujeres y el la de Senadores, el 32.8%. En los congresos de Chiapas, Zacatecas y Coahuila tenemos que hay una representación de más del 50% de mujeres, mientras que en Tlaxcala, Puebla y Morelos, la representación es menor al 30%
Para la directora de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del INE, Mónica Maccise, estos desequilibrios muestran que las mujeres tienen un acceso limitado a puestos de poder y toma de decisiones, tales como alcaldías, gubernaturas o la presidencia de la república. (Vía: Reforma)