Nuevo sistema de justicia penal puede mejorar pero funciona.

Desde el 2016 entró en vigor el Nuevo Sistema de Justicia Penal. Su llegada se celebró como un avance en materia jurídica y en derechos humanos, ahora a un año de su llegada autoridades lo culpan de su propia ineficacia: ¿de verdad el nuevo sistema es ineficiente o solo tenemos gobiernos ineficaces?

El caso está en todos los periódicos: un hombre llamado Javier es detenido en el centro de la Ciudad de México por portación de arma de fuego; sale libre a las pocas horas “por culpa del nuevo sistema”. Al mes se le vuelve a detener pero en esta ocasión por estar implicado en un homicidio. (Vía: El Financiero)

Hiram Almeida, el jefe de seguridad capitalino que dice que los videojuegos hacen violentas a las personas, alega que se han multiplicado los casos de reincidencia en la capital. Así como entran, salen. Han visto casos, dicen, en que un mismo delincuente es detenido hasta en cuatro ocasiones sin que ninguna sea la definitiva. 

Un problema específico que muchos señalan es que la portación de arma de fuego haya dejado de ser un delito grave. Ese cambio ha sido clave para que muchos delincuentes salgan libres en poco tiempo. Renato Sales comisionado nacional de seguridad ha declarado que los homicidios con arma de fuego han aumentado en un 73%. ¿Realmente todo esto es culpa del nuevo sistema? (Vía: Milenio)

Recordemos el auge que tuvo hace unos años el documental Presunto culpable, donde se seguía el caso de un inocente que debía enfrentarse a un sistema penal kafkiano donde él a priori era culpable. La película exhibió un sistema de justicia podrido que era capaz de culpar a inocentes e imposibilitarlos para demostrar su inocencia; o los facultaba para demostrarla en un proceso tan engorroso y burocrático que la resolución final se postergaba por años. Ése es el sistema que debía cambiar con urgencia. ¿Ese es el sistema al que queremos volver, uno donde pagan justos por pecadores? 

Miguel Ángel Mancera o la Conago, a todos se les hace fácil culpar al Nuevo Sistema de Justicia de sus propios fallos. El nuevo sistema cuenta con serios errores y es perfectible, pero sería un enorme retroceso abandonarlo.

Por otro lado, ¿cuándo las autoridades invirtieron en capacitación, nuevos protocolos, mejoras administrativas? El nuevo sistema los agarró de bajada. El IMCO público un trabajo sobre el desempeño del nuevo sistema a partir de los datos ofrecidos por el estado de Morelos (el único abierto a compartir esa información): encontró que el Nuevo Sistema de Justicia Penal ha sido un avance, no descomunal, pero verificable. En cambio donde se siguen presentando fallos en los ministerios públicos y el desempeño de los policías. (Vía: Milenio)

El Nuevo Sistema de Justicia Penal puede tener graves deficiencias y aspectos que requieren con urgencia ser corregidos, pero por igual los policías y agentes ministeriales deben ser capacitados. No podemos volver a un sistema penal donde cualquiera podía ser señalado como culpable; es preferible perfeccionar este nuevo sistema se convierta en lo que necesitamos, así como capacitar a las autoridades para que estén a la altura de la circunstancia.

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