Desde las primeras encuestas para las elecciones del Estado de México había quienes pronosticaban una elección cerrada. No era para menos: en no pocos casos, las diferencias eran de medio punto porcentual; es decir un empate técnico entre los candidatos más populares. De ahí que hoy muchos se pregunten por los posibles escenarios en que estas elecciones podrían ser impugnadas.

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En entrevista al respecto, el politólogo Alfredo Paredes aseguraba que la impugnación es el destino casi seguro de las elecciones en el Estado de México, debido al empate técnico en encuestas de solo dos actores políticos. Aunque los procesos posteriores al día de elección sean dilatados y confusos, esto no quiere decir que las elecciones vayan a ser anuladas en su totalidad, sino que su resultado final podría conocerse en los tribunales y no en las urnas.  (Vía: Forbes)

Otras voces consultadas al respecto fueron incluso más lapidarias: Juan Cruz Rivero, catedrático del Tec de Monterrey, aclaró que todos los contendientes impugnarán. A su parecer, cada actor político va recabando las anomalías presentadas por terceros para, en el momento adecuado, impugnar la elección a su favor.

Ningún especialista cree que las elecciones enteras se anulen; pero todos concuerdan que sí se pueden anular casillas enteras que pudieron estar en favor de uno u otro candidato, en un juego aritmético donde cada voto parece poca cosa en solitario pero se vuelve muy importante al sumarse al resto. En este sentido, muchos pronostican que tanto Morena como el PRI se proclamarán vencedores de quedar muy cerrados los primeros resultados.

Aun así, los resultados literalmente no se dan de la noche a la mañana: la fecha elegida por las autoridades del Estado de México para hacer el cómputo distrital de la elección de hoy es el 7 de junio. A partir de ese día, los partidos tienen cuatro días para interponer un juicio de inconformidad contra los resultados del cómputo distrital. (Vía: IEEM)

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Esas impugnaciones no se deben confundir con otros delitos electorales como el acarreo y la compraventa de votos. Estos, aun siendo juzgados ante las autoridades correspondientes, no anulan la candidatura de un partido y muy difícilmente pueden revertir elecciones. Es decir: el acarreo de votos es más aparatoso pero es mucho más preocupante en un tribunal la falsificación de urnas, por poner un ejemplo.

Las elecciones no terminan el día en que se acude a las urnas; para algunos apenas empiezan ese día. Sobre todo si algún candidato se muestra inconforme con los resultados de las votaciones.

El mismo calendario electoral del Estado de México aclara que el cómputo final de la elección debe ocurrir a más tardar el 16 de agosto, mientras que la resolución de los juicios de inconformidad debe ocurrir a más tardar el 14 de agosto. Por su parte, el TRIFE contempla en su página de internet un mecanismo para impugnaciones sencillez de describir pero complejo de realizar (Vía: TRIFE)

Pero, aunque las pasadas experiencias nos han hecho ver que el tránsito de las impugnaciones puede sacar de quicio a una entidad de momento acéfala, muchos analistas están de acuerdo en que una entidad se puede desestabilizar momentáneamente pero una vez pasadas las resoluciones de los tribunales las aguas se calman… es decir, tendremos tranquilidad electoral por ahí del 17 de agosto. 

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