Recientemente, la Cámara Nacional de la Industria y Desarrolladores de Vivienda (Cadavei) informó que existen varios retos para atender la problemática en la venta de inmuebles, esto debido al alza de precios en materiales; sin embargo, en redes surgió la denuncia que en realidad las viviendas pasaron a ser monedas de cambio que realiza las llamadas burbujas inmobiliarias.
Carla Escoffié (@Kalycho), quien es titular del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, explicó en Twitter que cuando las constructoras inmobiliarias hablan de un “déficit de vivienda“, en realidad no se refieren a que no haya acceso a un inmueble, sino que necesitan tener más “leña para mantener la fogata financiera” de las burbujas mencionadas.
Es decir, que cuando la Canadevi habla sobre que existen retos para atender la problemática de inmuebles, en realidad se trata de la necesidad de más lugares para crear hogares para ofrecerlos con sobreprecios, pues las viviendas comienzan a ser monedas de cambio, un activo financiero que le funciona a la empresa para subsistir.

Pero a todo esto, ¿qué es una burbuja inmobiliaria? Bien, la burbuja inmobiliaria, según el concepto del Registro Único de Vivienda, es el incremento desmedido y descontrolado en el precio de un bien que llega a separar del valor teórico del mismo, lo cual se produce por una valuación equivocada de los activos, que principalmente se asocia a la especulación.
Es por esta burbuja inmobiliaria que algunas casas o lotes tienen precios exhorbitantes, pues se genera esa necesidad de alimentar el mercado y son más una moneda de cambio, pues para las compañías, un inmueble puede tener mayor valor por estar cerca de una zona céntrica, turística, alguna plaza comercial u otro tipo de atracción, pero que no corresponde al precio real del bien.
Aunque no se detiene ahí, pues, como mencionamos, las burbujas inmobiliarias también se basan en la especulación; es decir, buscan vender terrenos en zonas alejadas con la estimación, posiblemente equivocada, de que en algún momento esa zona estará urbanizada, pero mientras eso sucede, ya ofrecieron la casa o departamento a un precio que no corresponde al lugar.

¿Esto cómo afecta al país? Al comprar uno de estos terrenos en zonas sumamente alejadas, lo que se crea es un daño ambiental por modificar un ecosistema para el uso humano, tiene afectaciones sociales, pues las personas que se van a vivir a ese lugar, permanecen en la lejanía de trabajos, escuelas, quizá hasta servicios que aún no se ofrecen porque no se considera una zona aún habitable, aunado a que son pocas las personas que se encuentran ahí.
Ante la situación surge también la duda si se trata de una estafa, a lo que Carla Escoffié precisó que no son lo mismo, pero sí igual de graves, porque mientras las burbujas inmobiliarias no requieren dolo y hacen creer a la gente que su inversión es la adecuada, el fraude sí lo comete.
Esto nos llevaría a cuestionarnos la información de los jóvenes vendedores de bienes raíces que recién surgió, si se trata de un fraude o más de una compañía burbuja inmobiliaria que trata de vender viviendas muy al norte del Estado de México, más allá de Naucalpan, en lo recóndito de un lugar para trabajar, donde necesitan crear su propia universidad, y posibles otras escuelas, un hospital y donde el empleo podría escasear debido a que lo más cercano que tienen es la zona de Santa Fe.
Aquí un hilo de la experta en vivienda Carla Escoffié para entender mucho mejor el tema:
Yucatán corre el riesgo de ser en el futuro un ejemplo de manual sobre burbujas inmobiliarias.
— Carla Escoffié (@carlaescoffie) May 6, 2021
Los precios suben sobre una expectativa de demanda que mucho se asume sin pruebas de que ocurrirá.
Cualquier lote, en cualquier punto del edo., se presenta como "de inversión". (1/3) pic.twitter.com/tenAwn9XWC
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