Si vives en al Ciudad de México estoy seguro que ya lo visitaste al menos una vez en tu vida o al menos lo ubicas por su nombre. Nos referimos al Mercado de la Merced quien el pasado 22 de septiembre cumplió 66 años de vida, pero la pregunta es ¿Por qué se llama “Mercado de la Merced”?
Su ubicación es al oriente de la CDMX y ahí podrás encontrar una gran variedad de cosas para comprar, desde alimentos, flores, ropa, juguetes, hasta productos para santería y más.
Origen del mercado
Hay que hacer un breve repaso a la historia. Antes de que los españoles llegaran a tierras mexicas, existía un gran mercado de trueque en lo que ahora conocemos como Tlatelolco.

Durante el virreinato (1521), este mercado desapareció y surgieron otros más como el de la Viga o el de Jamaica y entre ellos apareció el de la Merced que tiene un origen totalmente religioso; vaya, hasta en su nombre lo dice.
El mercado que surgió por la religión
Se sabe perfectamente que tras el arribo de los españoles hubo una lucha no solo bélica, sino también ideológica y entre las cientos de cosas que se instauraron, algunas a base de peleas y sangre, estuvo el mercado de la Merced quien toma su nombre por la fundación del convento de Nuestra Señora de La Merced, virgen que se le reza para evocar la misericordia del Dios de la iglesia católico-cristiana.
Información del historiador por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cristian Fajardo Ventura, que retomó El Universal, el mercado tuvo su origen tras la fundación del convento de Nuestra Señora de La Merced en 1594.

Incluso la misma Secretaría de Turismo precisó que cerca de dicho convento estaba el embarcadero de Roldán, donde se recibían diversos insumos que provenían de Xochimilco y Tláhuac, pero que ya no llegaban a Tlatelolco por su desaparición antes mencionada.
El inicio del mercado como lo conocemos
Fue hasta el siglo XIX cuando el mercado de la Merced vio sus nacimiento a como lo conocemos hasta el momento. Debido a las Leyes de Reforma, se demolió una parte del convento y solo se quedó en pie el claustro. Por ello, los mercaderes que antes llegaban al embarcadero, vieron óptimo ocupar el espacio que antes era de la virgen de la Merced.
La venta de productos continuó hasta que en 1890, con Porfirio Díaz al mando de México, se inauguró el edificio de La Merced. Es decir, dos naves de 800 metros cuadrados donde más mercaderes se asentaron y la venta de productos creció, dando así origen a lo que ya conocemos como el Mercado de la Merced.
Su historia no termina ahí, pues para mediados de 1950 el mercado creció a tal grado que el gobierno de aquel momento decidió demolerlo para construir la obra que actualmente conocemos y que se inauguró en 1957 por el presidente Adolfo Ruíz Cortines.
Sin duda alguna, el Mercado de la Merced o ‘la meche’ como se le conoce actualmente es uno de esos lugares que marca un antes y un después en la historia de México.
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