La carrera de Morena rumbo a la presidencia de México ya comenzó, aunque no de forma legal, y muchas de las llamadas “Corcholatas” renunciaron o pidieron licencia para participar en el proceso interno del partido.
Algunos aspirantes a la candidatura del movimiento que abandera la llamada “Cuarta Transformación” ya dimitieron a su cargo y otros pidieron su cese inmediato.
Por ejemplo, el excanciller Marcelo Ebrard renunció oficialmente este lunes, mientras que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX) lo hará este viernes.
En tanto, el secretario de Gobernación, Adán Augusto, pidió al presidente mexicano que lo releve de su cargo para que puede participar en el proceso de Morena.

En el caso del senador Ricardo Monreal, ya solicitó una licencia para desligarse de forma indefinida de sus funciones legislativas, mismo caso de Manuel Velasco.
También se aprobó la licencia parlamentaria de los diputados federales Gerardo Fernández Noroña (PT) y Yeidckol Polevnsky (Morena).
¿Cuál es la diferencia entre renunciar y pedir licencia parlamentaria?
En el ámbito del Derecho, una renuncia voluntaria constituye un acto de carácter jurídico “y perfil unilateral que le ofrece al titular de un derecho la posibilidad de desistir del mismo sin un beneficiario determinado.”
Además la renuncia es liberatoria. Es decir, la persona se libera de los derechos existentes, de todas las obligaciones, gravámenes y cargas que tenía. Así, la renuncia voluntaria se convierte en definitiva.

En tanto, la Secretaría de Gobernación define a la licencia parlamentaria como el permiso o autorización que se le otorga a un legislador para separarse temporalmente de su cargo sin que esto implique una renuncia.
“La solicitud de licencia debe presentarse por escrito y requiere ser aprobada por el Pleno de la cámara respectiva con el voto de la mayoría simple de los legisladores presentes. Una vez aprobada la licencia se llama al suplente”, se establece en el portal del Sistema de Información Legislativa (SIL).
De acuerdo con el reglamento del Senado, durante el tiempo que dure la licencia, los senadores cesarán en el ejercicio de sus funciones representativas ” no gozarán, por tanto, de los derechos inherentes al cargo”.
“No podrán concederse licencias, con goce de dietas, por más de dos meses, salvo el caso de enfermedad comprobada”, se lee en el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General.
Por tanto, los senadores y diputados que pidieron licencia temporal no tendrán goce de sueldo hasta que regresen a sus funciones.
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