El Partido Encuentro Social (PES), que el día de hoy firmó una alianza con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el Partido del Trabajo (PT), como muchos otros partidos pequeños, es una herramienta política que se ha aliado con todos los principales partidos políticos: desde el PRI hasta MC y, ahora, Morena. Sin embargo, como ningún otro, es un partido fundado desde un programa religioso, por mucho que lo niegue.
El PES votó a favor de la Ley de Seguridad Interior, propuso "objeción de conciencia" para limitar aborto, está en contra de los matrimonios del mismo sexo, ligado a los evangélicos, su dirigente es familiar de Murillo Karam, libertarios económicos…
— Salvador Medina (@ElNahual) December 13, 2017
Historia
Encuentro Social nació en Baja California, en 2003, como una Organización Política Nacional y logra ‘colocar’ miembros en puestos del gobierno local. Entonces (como ahora), estaba conformado principalmente por cristianos protestantes, específicamente neopentecostales y miembros de la organización religiosa La Casa en la Roca.
El presidente del partido desde sus orígenes ha sido Hugo Eric Flores Cervantes, quien ha sido señalado en diversas ocasiones como pastor de su congregación religiosa, sin embargo, nunca se registró como tal y siempre ha negado los señalamientos; Flores Cervantes formó parte de gobiernos priístas (en su estado), panistas (en la Semarnat de Felipe Calderón) y perredistas (en la Dirección General de Gobierno durante la administración de Marcelo Ebrard); fue separado de su cargo como oficial mayor en Semarnat e inhabilitado para ocupar funciones públicas hasta el 2020, sin embargo, una serie de amparos lo mantuvieron trabajando en el entonces Distrito Federal.
En 2014, el Instituto Nacional Electoral le otorgó el registro nacional al PES casi al mismo tiempo que a Morena y al ya desaparecido Partido Humanista. Entonces, y debido al historial de alianzas de conveniencia en su estado, se acusó al PES de ser una herramienta de coptación del voto morenista, sin embargo, desde sus orígenes parecía quedar muy claro cuál era su camino.
Partido o religión
Por mucho que Flores Cervantes o los miembros del PES afirmen la “laicidad” de su partido, el mismo logo de la organización en su estado natal evidencia su adhesión religiosa: un pez (un ‘ichtus’, para ser más exactos) estilizado, mismo símbolo de decenas de iglesias y congregaciones cristianas.

Las páginas oficiales de los partidos tienden a ser un choro interminable de cosas bastante semejantes: todos quieren lograr un mejor país, todos prometen luchar contra la pobreza y la corrupción, todos buscan la participación ciudadana… Pero son las pequeñitas diferencias lo que importa: en su primer punto (literal: ¡el primero!), dicen “fortalecer la institución familiar”.
El partido apoyó abiertamente las manifestaciones del Frente Nacional por la Familia del 2016, ha empujado en congresos locales legislaciones anti-aborto y discriminatorias de la comunidad LGBT+ a través de modificaciones “mínimas” a definiciones legales, como la “protección de la vida desde la fecundación” o que el matrimonio “se compone de hombre y mujer”.

Diputados y afiliados al PES marcharon y argumentaron a favor del Frente Nacional por la Familia. Cuestionado por esas decisiones de gente que forma el partido pero también lo representa, su presidente simplemente argumentó que son “decisiones personales”.
En estos momentos, mientras fuera de las cámaras de representantes, miles se oponen a la Ley de Seguridad Interior, los diputados federales del Partido Encuentro Social votaron a favor de una ley que ha sido señalada por todos los sectores sociales como un error grave y un pantano del que México no saldría en años.

Morena y el PES
La alianza que firmaron ayer el Partido del Trabajo (otro actor inconsistente y… difícil de la política mexicana que también necesita su revisión), el PES y Morena levantó muchas preguntas y oleadas de rechazo de los sectores que, históricamente, se habían identificado con la izquierda.
Por un lado, la alianza derecha cínica-izquierda cínica del PAN, PRD y MC. Por otro, la izquierda regañona de Morena con la derecha cavernaria del PES. Y al final, la alianza de pillos y bandidos PRI-PVEM. Y queda el Bronco, que ya juntó sus firmas. Mejor saltamos a un barranco.
— Antonio Ortuño (@AntonioOrtugno) December 13, 2017
El peligro de darle espacio (a través de los votos federales que gane esta coalición y su cuota de diputados federales a través de representación proporcional) y legitimidad política a una asociación señalada una y otra vez no sólo como de ultraderecha, sino contraria a muchos de los discursos e ideologías de enarbolan las muy variadas izquierda, significa, para muchos críticos, un error fatal para la campaña de Andrés Manuel López Obrador y Morena.
¿PES y base moral en la misma oración? pic.twitter.com/it2b4W9HtM
— ?????? ??? ???? ???? ?? (@la_go_mess) December 13, 2017
Cuando un partido fue fundado, prácticamente, desde un discurso contrario a la apertura democrática y el reconocimiento de los derechos de todos, ¿se puede justificar aliarse con quien, dice, representa la “renovación nacional”?
