El Consejo de la Judicatura Federal realizó el “Estudio sobre Redes Familiares y Clientelares”, el cual fue coordinado por el consejero Felipe Borrego Estrada. La investigación reveló que alrededor de 500 jueces y magistrados tienen a familiares ocupando plazas laborales en los juzgados y tribunales del país.
Según el reporte, un total de 112 jueces y magistrados consiguieron una plaza para sus esposas, 27 a sus papás, 180 a sus hijos y 136 a sus hermanos. Otros funcionarios judiciales incluso han conseguido empleos para su familia política, vemos que suegras, yernos y cuñados ocupan plazas dentro de estas instituciones.
Esto muestra que el nepotismo sigue siendo una práctica común dentro de las instituciones de gobierno, particularmente del poder judicial de nuestro país. Las cifras del estudio muestran la magnitud de esta práctica, por ejemplo, un Magistrado en Puebla dio empleo a su padre y a ocho de sus tíos; otros dos en San Luis Potosí y en Baja California tienen a 11 parientes laborando en plazas del poder judicial del estado.
Sin embargo, es un Magistrado del estado de Durango el que tiene a más familiares laborando en puestos judiciales; en total tiene a 17 parientes que incluyen a sus hijos, hermanos, concuños, cuñadas primos y sobrinos, los cuales ocupan cargos que van desde simples administrativos, hasta analistas jurídicos, actuarios y secretarios de juzgado y tribunal.
Según los datos arrojados por el estudio, cerca de la mitad de los jueces y Magistrados federales del cuentan con al menos un familiar trabajando dentro del poder judicial. La investigación tomó en cuenta a un total de mil 31 plazas, de las cuales 501 tienen familiares trabajando, esto representa un 48.6%.
El estado en donde esta práctica es más generalizada es Guanajuato en donde de un total de 46 jueces y magistrados, 38 tienen a algún familiar laborando en las instituciones judiciales, lo que equivale más del 80%. De hecho, incluso muchos de los jueces tienen trabajando a su ex pareja, por ejemplo, un Magistrado del segundo circuito del Estado de México, tiene laborando a su ex esposa como secretaria de de tribunal y a su actual pareja como secretaria de juzgado.
Para darnos una idea de este fenómeno de corrupción: más de 7 mil funcionarios del poder judicial en el país comparten su espacio de trabajo con algún familiar directo o indirecto. Estas prácticas han florecido en el poder judicial mexicano debido a que la constitución, en su artículo 97, faculta a jueces y magistrados a nombrar o remover a funcionarios de los juzgados y tribunales.
En ese sentido, estos funcionarios no estarían cometiendo un delito como tal, por lo que no se les puede investigar ni perseguir. De hecho el sistema de nepotismo se ha hecho tan sofisticado que entre magistrados y jueces se arreglan para intercambiar a sus familiares de espacio de trabajo, es decir un juez contrata en su juzgado a algún familiar de un colega, mientras que el otro hace lo mismo por el primero.
Estos dados confirman la fama que tienen los jueces y magistrados ante la opinión pública y la sociedad mexicana, ya que según esta investigación, son estos personajes los que tienen la peor reputación de entre las autoridades judiciales, esto significa que los jueces y magistrados están por debajo de ministerios públicos y policías.
Sin duda urge reformar la ley para evitar este tipo de prácticas dentro de las estructuras gubernamentales, sobre todo en las del poder judicial. Es lamentable que el corporativismo se haya apoderado de las instituciones que se supone son las encargadas de impartir justicia en nuestro país. (Vía: Reforma)