No es ningún secreto que, en México, las personas indígenas enfrentan grandes obstáculos para ejercer su derecho a la educación. Sobre todo si su primera lengua NO es el español. Esto lo reafirma el estudio ‘Discriminación estructural y desigualdad social’ de Conapred. De una muestra de 23 mil jóvenes que solo hablan lengua indígena, es notorio que ni uno haya alcanzado estudios superiores ni se haya graduado de la secundaria, lo que refleja las pocas opciones educativas que existen para las personas indígenas que no hablan español.
Las comunidades de personas indígenas han sido históricamente relegadas en ámbitos tan diversos como la salud, la educación, la justicia y el empleo. #DiscriminaciónEstructuralhttps://t.co/KjYKDfq0nD pic.twitter.com/b4q7otCC3F
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La investigación se realizó en 2012 como parte del Día Internacional de los Pueblos Indígenas y en ella se analizaron los derechos sociales y económicos de esa población, específicamente en cuanto a educación, trabajo y salud se refiere.
“El 27.3% de la población hablante de lengua indígena mayor de 15 años no sabe leer ni escribir”.
Para instrumentar las acciones y programas públicos, es indispensable contar con personal y generar materiales que faciliten la comunicación con hablantes de lenguas indígenas.https://t.co/KjYKDfq0nD pic.twitter.com/auhANSbN4L
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El documento de Conapred también revela los niveles de analfabetismo en los pueblos indígenas: el 27.3% de la población hablante de lengua indígena mayor de 15 años no sabe leer ni escribir. Además, el 86.4% de los hablantes de lengua indígena de 12 años o más no reciben ningún tipo de educación.
Los números demuestran que, a mayor edad en la población indígena que no habla español, menor es su acceso a la educación. Sin embargo, la educación tampoco está garantizada para los más jóvenes: “Hoy en día, la discriminación no ha sido erradicada totalmente del sistema educativo“, dice el estudio dirigido por Patricio Solís. “Esto se refleja en la persistencia de la desigualdad educativa en las generaciones más jóvenes”.
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El rezago educativo de la población indígena monolingüe es consecuencia de prácticas discriminatorias que privilegian al español sobre las lenguas indígenas. “Incluso en las condiciones actuales de acceso casi universal a la educación en México, las y los jóvenes pertenecientes a los pueblos indígenas siguen enfrentando obstáculos para ingresar a la escuela”, concluye el estudio.
El acceso pleno a la educación es un derecho que no debería implicar el desprendimiento ni el menosprecio de elementos como, en este caso, el idioma. Quien diga que todos los mexicanos tenemos las mismas posibilidades de acceder a la educación, claramente se equivoca.