Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego y Alberto Bailares. Según el informe de desigualdad que el economista Gerardo Esquivel escribió para OXFAM México, estos cuatro hombres, los más ricos del país, suman juntos el 9% del PIB. ¿Cómo es posible que cuatro personas se queden el 9% de lo que hace un país con 120 millones de personas donde al menos 7 millones viven con el salario mínimo? La respuesta corta: hay un sistema que permite que cuatro personas amasen fortunas obscenas, mientras la pobreza del resto lejos de disminuir, crece. La respuesta que no es tan corta tiene más vericuetos. (Vía: OXFAM)

Carlos Slim, sin ser exactamente un self made man, es, de los cuatro, el que más saltos dio en vida. Ingeniero egresado de la UNAM, en algún momento fue profesor de matemáticas. Su carrera como empresario dio un especial vuelco luego de casarse con Soumaya Domit (en una boda oficiada, por cierto, por el padre Marcial Maciel: ajá, el de los Legionarios de Cristo). Sin embargo el momento crucial para su fortuna ocurrió cuando compró al Estado mexicano Telmex. Durante el sexenio de Carlos Salinas se subastaron múltiples empresas que el gobierno tildaba de inútiles o poco beneficiosas. Aunque la mayor parte de la fortuna de Slim proviene de América Móvil, sus inversiones se extienden a campos tan diversos como Apple y el New York Times. Él solo cuenta con casi el 6% del producto interno bruto. (Vía: Expansión)

Sin embargo, para cuando Slim estaba adquiriendo Telmex, ya tenía colmillo en comprar empresas que estaban “muertas”; a principios de los ochenta, cuando más de una empresa terminó siendo rematada ante la crisis económica, Slim pudo adquirir empresas que darían réditos mucho más tarde.

No muy lejos está Germán Larrea quien, pese a ser uno de los hombres más ricos del continente, apenas hace apariciones públicas. Ajeno a los reflectores, dirige Grupo México, el negocio minero que ha hecho réditos increíbles en los últimos diez años a partir de concesiones hechas por el estado mexicano. Acaso tanto Larrea como Grupo México sean nombres escurridizos; no así sus “obras”: para muestra está la ocasión en que Grupo México vertió 10 millones de galones de sulfato de cobre en el río Sonora. Autoridades gubernamentales y asociaciones ecológicas consideraron su momento ue el derrame tóxico era el peor desastre ecológico en la historia del país.  (Vía: Forbes)

¿Qué hicieron Larrea y Grupo México para reparar el daño? Básicamente nada: jamás ofrecieron disculpas por lo ocurrido e incluso se negaron en un principio a admitir su culpa y colaborar en la limpieza. Medios dijeron que Grupo México invirtió más de 100 millones de dólares en limpieza. Suena a mucho dinero pero es muy poco comparado con las ganancias uno de los productores más grandes de cobre del mundo.

Desigualdad: descripción gráfica.

Alberto Baillères es más conocido que Larrea pero no tanto como Salinas Pliego o Slim. Sus negocios, sin embargo, distan de ser despreciables y van desde El Palacio de Hierro hasta el ITAM, aunque la particular joya de su corona está también en la industria minera. Ya era el segundo hombre más rico del país cuando el aumento en los precios del oro y la plata a mediados del año pasado catapultaron su fortuna en un 14%. (Vía: Expansión)

Aunque su fortuna sufrió severas pérdidas en años recientes, Ricardo Salinas Pliego sigue siendo de los hombres más acaudalados del país. El dueño de TV Azteca pasó de tener un emporio marginal de mueblerías que heredó, a tener una protagonismo en el mundo de los negocios a mediados de los noventa cuando se hizo de la señal de televisión que, ajá, el gobierno mexicano subastó por ser “improductiva”. El mismo Ricardo Salinas Pliego ha sido un activo defensor de cómo los empresarios “toman lo que los gobiernos echan a perder”; no en balde se ha comparado con Messi, pues, según él, tienen talentos únicos. (Vía: Expansión)

Desigualdad: descripción gráfica.

Uno de los mayores problemas que revela el informe de OXFAM es que la riqueza de estos 4 hombres apenas sumaba el 2% del PIB a principios del siglo y en escasos 15 años se multiplicó junto con la desigualdad del país. México era un país menos desigual; en estos años ellos no han ganado: nosotros hemos perdido. Otra pregunta que queda tras la lectura del informe de OXFAM es cómo puede ser que industrias que, según, en manos del Estado eran inútiles, en manos privadas generan tanta abundancia; ¿será que sólo estaban mal administradas? 

Para muchos, la inmensa riqueza de cuatro personas no es un problema; sin embargo, el desempeño de sus fortunas sí está directamente ligado al crecimiento de la desigualdad en México, que e sun problema mucho mayor que la pobreza y, según OXFAM, la agrava.

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