El Gobierno mexicano en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), prepara un plan de choque para la economía en caso de que el próximo 8 de noviembre gane Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos.
El golpe a la economía mexicana sería de tal magnitud que consideran que lo mejor que se puede hacer es anticiparse y estar preparados para la peor, ya que Estados Unidos es el mayor socio comercial e inversor de México.
Hasta ahora hemos visto cómo el tipo de cambio ha funcionado como una especie de termómetro que mide lo que han denominado “fenómeno Trump”, sufriendo sus tropiezos y victorias. Ante esto, la reacción del Banco de México fue inmediata: de ganar Trump, la presión inflacionaria sería mayor, habría más incentivos para la salida de capitales y una deuda externa más grande, por ello el gobernador de la institución monetaria ha lanzado un aviso el pasado jueves:
“Si el escenario adverso se manifiesta, las autoridades mexicanas responderemos. Es un plan de contingencia que estamos platicando con el secretario de Hacienda. Esperamos que no lo tengamos que utilizar”. (Vía: El País)
Pero una de las medidas económicas más preocupante para México es la suspensión o renegociación del NAFTA(tratado de libre comercio de las Américas, en sus siglas en inglés) por la hiperdependencia que la economía mexicana tiene con la estadounidense -casi un 80% de las exportaciones y más de la mitad de la inversión extranjera directa-. Sectores importantes como el automovilístico o el manufacturero viven, literalmente, de la demanda de los Estados Unidos.
Hasta el momento, el peso se ha depreciado casi un 12% y podría desplomarse un 10% más si Trump llegara a ganar la presidencia.
Ante esto, Agustín Carstens, responsable del Banco de México, señaló que podría presentarse un periodo de alta volatilidad: “Y, sin duda, si el escenario adverso se manifiesta pues es previsible que las autoridades mexicanas también respondamos de alguna manera”. (Vía: La Voz de Durango)
Por otro lado, Moody’s y Standard & Poors ya han colocado la lupa sobre las debilidades macroeconómicas de México, solo falta que el republicano suba al poder y termine lo que desde hace tiempo había empezado: la deuda es hoy de 48%, casi el doble que hace una década y el déficit camina cerca del 3%.