Economía del Golfo al borde del colapso por apostar solo al petróleo
Podríamos decir que en la actualidad no hay sistema económico que se sostenga sin diversificación, dicho de otro modo, no es posible que una economía se sostenga enfocando sus actividades...
Podríamos decir que en la actualidad no hay sistema económico que se sostenga sin diversificación, dicho de otro modo, no es posible que una economía se sostenga enfocando sus actividades alrededor de un solo sector productivo.
De hecho, la industria petrolera es la que se presta a ese tipo de tentaciones; ejemplos sobran sobre países, estados o regiones que optan por petrolizar su economía y generar actividades económicas en torno a ese sector, pensemos solo en nuestro país en los tiempos del “boom petrolero”, en donde el gobierno encabezado por José López Portillo generó una economía altamente dependiente del petróleo.
Lo mismo sucedió en Venezuela durante los tiempos de Hugo Chávez, quien literalmente petrolizó las finanzas de ese país sudamericano. Normalmente estos modelos económicos unidimensionales se dan en sistemas en los cuales el gobierno tienen alta incidencia dentro de la economía.
Normalmente, este tipo de modelos sostenidos a partir del desarrollo de un solo sector acaban por colapsar, ya que apostar por una sola actividad implica un riesgo alto debido a que si ese sector tiene problemas, prácticamente los tiene toda la economía. Justo eso sucede con las economías dependientes del petróleo, en las cuales hay bonanza cuando los precios se encuentran altos, pero, todo se viene abajo si hay una caída en los precios.
En el caso de México, son las regiones del Golfo aquellas que apostaron por una economía enfocada en la industria petrolera y en servicios alrededor de esta, específicamente estamos hablando de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Campeche.
En cuestión de 3 años, tiempo que llevan a la baja los precios del petróleo, la economía de estos estados se ha venido abajo. Para darnos una idea, en las épocas de jauja, el PIB de Veracruz, Tabasco y Campeche era de unos 100 mil millones de dólares, estamos hablando del doble que países como Uruguay.
Sin embargo, de junio de 2016 a junio de 2017 la productividad de esos estados cayó 14% de manera conjunta. Los casos más fuertes son los de Campeche, en donde la economía se agotó junto con Cantarell, que se tradujo en que su PIB cayera a poco más de la mitad y, el de Tabasco en donde todos los sectores están en quiebra por la disminución de las inversiones petroleras, volviéndolo el estado con mayor número de personas desempleadas en el país con 72 mil, de las cuales 32 mil pertenecían al sector energético.
Como podemos ver, es la diversificación económica la que permite reducir los riesgos frente a las contingencias, es decir, si estas entidades hubieran apostado por el desarrollo de varias industrias y servicios, el impacto del debilitamiento del sector petrolero hubiera sido mucho menor. En ese sentido, la recuperación de esos estados solo vendrá con inversiones en distintas áreas y no con el descubrimiento de más yacimientos petroleros. (Vía: El Financiero)