El 29 de marzo de 2010, Sergio Sánchez Arellano fue “levantado” por 10 sujetos vestidos de civiles cuando estaba afuera de su casa con su esposa en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México. Un día después fue entregado al Ministerio Público tras malos tratos, amenazas y golpes, acusado de cometer un asesinato del cual la única evidencia fue un testimonio. (Vía: Animal Político)

Fue sentenciado a 27 años y 6 meses de prisión por homicidio y tentativa de robo.

Este jueves por la noche, tras denuncias, amparos y labores del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y Amnistía Internacional, salió exonerado del penal de Santa Martha Acatitla.

En 2017, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que en su caso no se respetó la presunción de inocencia, entre otras fallas durante el proceso. Por ese motivo, lo reenvió a un tribunal que le dictó una nueva sentencia de amparo. Éste ordenó su liberación.

Animal Político informa que las violaciones en su contra fueron la detención ilegal, la ilegal diligencia de su reconocimiento y la afectación al debido proceso. También fue indebida la fundamentación y motivación del acto reclamado. Se violó la “presunción de inocencia en relación con la insuficiencia probatoria e ilegal valoración de la prueba”.

“Me robaron mi vida. Ahora tengo que reconstruirla”, señaló el indígena mazahua ya en libertad, según el Centro Prodh. “Hoy volví a nacer”.

Según se puede ver en las imágenes, allegados aplaudieron el momento en el que salió de prisión y abrazó a su familia, a excepción de su madre, quien falleció mientras él purgaba la sentencia que le dictaron.

Por su parte, Amnistía Internacional consideró la liberación de Sergio como un triunfo para la justicia y la defensa de los derechos humanos.

La historia de Sergio Sánchez Arellano ilustra de manera trágica los riesgos que tienen todas las personas de ser detenidas arbitrariamente en México. Las detenciones arbitrarias por la policía son cotidianas en el país y generan espacios de impunidad en que pueden ocurrir más violaciones a los derechos humanos, como la tortura, la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial“, señaló la organización en un comunicado.

Amnistía agregó que todavía queda mucho para garantizar que se reparen los daños causados a Sergio y asegurar que no se repita algo así.

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