Tras la violencia constante ocurrida la semana pasada al interior de la UNAM, el rector Enrique Graue Wiechers dio una conferencia de prensa el sábado pasado. El domingo, en pleno partido entre Pumas y Chivas, en Ciudad Universitaria, apareció un letrero que exigía la salida de “narcos” de la UNAM… pero ¿qué está pasando y por qué es tan difícil una estrategia para enfrentar la inseguridad en las instalaciones de la UNAM?
Mensaje a los universitarios del #RectorGraue en relación a los hechos violentos de los que fue víctima la #UNAM. https://t.co/BZMMn4XJuz
— UNAM (@UNAM_MX) February 24, 2018
¿Sólo es cosa del narcomenudeo?
La semana pasada, una maestra fue baleada a la salida de la FES Acatlán y un enfrentamiento entre dos jóvenes ajenos a la universidad resultó en una balacera en la que murieron los dos.
El narcomenudeo parece haber tomado control de una parte de CU, van varias agresiones en la UNAM en el último año. pic.twitter.com/Nqt3FGZYXK
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) February 26, 2018
Estos ‘incidentes’ (como fueron reportados a través de sendos comunicados por la misma UNAM) se suman a la profunda crisis de inseguridad que se vive en sus instalaciones y que se hizo ineludible luego del feminicidio de Lesvy Osorio en mayo del año pasado.
La respuesta institucional, tanto de las autoridades de la UNAM como las del gobierno de la Ciudad de México, ha sido culpar de la inseguridad (y de las muertes ocurridas dentro de CU) al narcomenudeo y, para combatirlo, han propuesto las mismas “soluciones” que se han ejecutado fuera de la “autonomía” universitaria: vigilancia policiaca (en este caso, de Seguridad UNAM… que es casi lo mismo que decir nada).
Ya en serio, la pantalla con la frase "Fuera narcos de la UNAM" quedará en la memoria histórica como un representativo momento de la crisis estructural de este país.
— Krla Mtte (@karlamotte) February 25, 2018
El narcomenudeo y su vinculación con cárteles (o bandas que operan como tales) dentro de Ciudad Universitaria y otras instalaciones de la UNAM, como las Facultades de Estudios Superiores en el Estado de México, los Colegios de Ciencias y Humanidades y las Preparatorias ha sido documentado en múltiples ocasiones, sin embargo, poco se ha podido hacer para erradicarlo, tal como lo aceptó el rector Graue el pasado sábado.
https://youtu.be/LqWY6OwQEmA
Autonomía y seguridad
Por otro lado, cualquier discusión sobre seguridad en la UNAM forzosamente tiene que pasar por la autonomía universitaria: una ‘categoría especial’ jurídica, presupuestal y garantista que le otorgó a la Universidad el Estado mexicano en 1929.
Marchas por candidatura presidencial de Vasconcelos en 1929, antecedente de lucha por autonomía
A partir de entonces, y con el 68 y la huelga del 99 de por medio, la autonomía le ha servido a la UNAM para justificar procesos internos que la han colocado como una de las mejores universidades del mundo (a pesar de que el rendimiento académico y escolar de México como país esté en lugares tan… tristes), pero, también, le ha valido para justificar opacidad y, en muchos casos, impunidad frente a denuncias de acoso y agresiones sexuales, inseguridad y robo.
El #IPN se solidariza con su Institución hermana @UNAM_MX pic.twitter.com/22a7f2VlQE
— IPN (@IPN_MX) February 25, 2018
Si bien la defensa de la autonomía universitaria ha sido una cuestión no solo de tradición jurídica de la Universidad, sino una garantía de la libertad de expresión y reunión dentro de la “Máxima Casa de Estudios” (tradición a la que se sumó Graue en su mensaje del sábado), ante la crisis que enfrenta la UNAM y el país completo, quizá haya que empezar a pensar en otras formas de defender la UNAM que no sean cámaras ni policías.