Yaretzi: la joven de Chihuahua que asegura que “los sicarios no nacemos, nos hacemos”
Yaretzi, quien estudió en una escuela militar, aseguró que comenzó a trabajar en el crimen organizado por dinero.
Yaretzi, quien comenzó a trabajar en el crimen organizado a los 20 años, afirmó hace algunos años que los sicarios no nacen, sino que se hacen.
La joven dijo que se llamaba así para ver si su mamá, quien lleva ese mismo nombre, iba a visitarla cuando viera su entrevista publicada en las noticias. Estudió en una escuela militar y aseguró que salió de ahí “con el corazón hecho piedra, odiando a toda la gente”. Asimismo, dijo que en esas instituciones, enseñan “a no querer a nadie”.
Foto: Pexels – Yaretzi limpiaba pisos cuando entró al crimen organizado
La joven sicaria conoció a su “patrón” en la calle, a quien siguió llamando de esa forma aun después de que lo asesinaran. Él fue el padrino de su hija en su bautizo y, además, fue el papá de su segundo hijo. “Pinche abusón, lo levantaron como al mes que tuve a Brandon. Según a la esposa le dijeron que lo pozoliaron vivo allá en Ciudad Cuauhtémoc”, dijo a Gatopardo en 2011.
Por esa razón, Yaretzi dijo que, si un día la “levantaban”, esperaba estar muerta; no quería que la torturaran o que le cortaran la cabeza. “No quiero verles la cara a esos perros porque soy capaz de buscarlos en el infierno”, aseguró.
Foto: Cuartoscuro – La joven asegura que entró al negocio por dinero
Sus inicios en el narcotráfico
Por otra parte, la sicaria de Ciudad Juárez aclaró que no comenzó a trabajar para el crimen organizado por que mataran a su patrón, sino por dinero. Según ella, los hombres “sicarean” por diversión: “Les divierte matar. Les da un no sé qué que los hace sentir la cagada más grande”.
En cambio, las mujeres entran al negocio por dinero. “Al menos lo mío fue así. Eso de que andamos en este jale por amor es una mamada”, afirmó al medio hace más de 10 años.
En un inicio, Yaretzi trapeaba y limpiaba vómito y sangre que dejaban los sicarios de sus víctimas. Posteriormente, se volvió mandadera, cóndor y lince, puestos en los que su tarea principal era torturar, hasta que se volvió sicaria.
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