Para nadie es secreto que el último año de un presidente suele ser el más… descuidado. Ya no le debe nada a nadie, ya todos sabemos cómo es y qué esperar de él; incluso podemos anticipar sus tonterías y sus desplantes. Pero si algo tiene Enrique Peña Nieto es que nunca perderá su capacidad de sorprendernos: si no nos creen, vean cómo hoy en su natal Estado de México a EPN se le ocurrió decir que las redes sociales son irritantes.
¿Por redes sociales querrá decir todo el país? Porque su gran reclamo es que las redes sociales son re buenas para ver lo malo, pero a su parecer no saben reconocer lo bueno.
https://www.youtube.com/watch?v=rfyTz7jCdgI&feature=youtu.be
En Acambay, Estado de México, EPN acudió a inaugurar la ampliación del Arco Norte, concretamente del tramo que va de Jilotepec a Atlacomulco; oh sí, justo la tierra que vio crecer al míster président de la República.
Fue durante este acto público que Peña Nieto alegó que en el extranjero se reconoce la labor del gobierno mexicano (porque no viven aquí claramente, ¿no?) mientras que aquí se le tambalea la infraestoctor con nuestras mentadas cada vez que revisa sus timeline:
“Y lo que permitirá realmente que México siga creciendo, siga siendo atractivo a la inversión como lo dicen hoy los distintos analistas externos al país que se olvidan de lo que se dice o de los señalamientos o de lo que se dice a veces en las redes sociales, que a veces son muy irritantes y a veces les gusta hacer señalamientos muy duros y muy lapidarios y que poco recogen de los logros y de los avances que hemos tenido como nación“, dijo el presidente Peña Nieto. (Vía: Reforma)
Ay, Enriquito, por mucho que hagas puchero y te enojes, si tú vivieras en México también estarías irritado.
Eso sí, Peña Nieto también prometió que no intervendrá en nuestras elecciones; lo cual es curioso porque a estas alturas de su mandato ya nadie lo ve realmente interviniendo en nada. Es más, si se cae de la bici no mete las manos.
Lo que sea de cada quien, ¿vieron la carita de coraje y puchero que puso? Nos recordó este otro rostro enojado: