Cada año, el Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social (que por sus siglas nada tiene que ver con Torito) organiza una cena para los desgraciados que caen en sus pezuñas, así que si tenías preocupación de con quién pasar Noche Buena, porque todos te quieren en sus fiestas (o nadie te quiere ahí), puedes contar con que el Torito te acogerá en sus brazos y hasta comida te dará.
En ambos días tendrán una cena de dos tiempos, que en Navidad será espagueti a la crema con piña, como entrada, y pavo al tamarindo con papas gratinadas; para festejar el Año Nuevo lo que abrirá el apetito será una sopa de codito con crema y chipotle y para terminar de llenar ese hueco espiritual: cerdo a la ciruela con ensalada de manzana; en ambos días se servirá ponche caliente para que no recaigas en la causa que te llevó ahí.
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A diario el Torito tiene alimentos que da a la gente que por alguna razón *cof cof* conducen en estado de ebriedad *cof cof* y llegan mágicamente a sus entrañas. Hay que resaltar que a la Secretaría de Turismo y la Secretaría de Salud le otorgaron el Distintivo H por los alimentos que ahí se cocinan, que no significa que sepan bien, sino que son higiénicos (al menos).
Es un hecho que conducir después de tomar no es la mejor idea, también es un hecho que ir al Torito es un castigo, pero el trabajo que hacen estas personas logra reconfortar el recluso corazón de esa gente que por irresponsable se puede perder un día importante junto a su familia o amigos.
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Podrías simplemente ir por tu propia voluntad (completamente sobrio, por supuesto) y reconocer su trabajo, porque durante todo el año tienen que soportar(te) a miles que se suben a un auto sin pensar en los demás.
Con información de: Excélsior