De unos años para acá, se ha puesto de moda entre la farándula mexicana incursionar en la política con resultados dispares, por decir lo menos. Eso no ha impedido que para estas elecciones ya varias ‘estrellas’ se hayan apuntado para aparecer en las boletas sin más méritos que su fama. El caso más reciente es el del actor y ex Timbiriche, Eduardo Capetillo, quien se ha apuntado para ser alcalde de Ocoyoacac, Estado de México, abanderado por el PRI.
En un acto en el municipio mexiquense, el actor y cantante recibió su constancia que lo acredita como candidato del PRI a la alcaldía de Ocoyoacac en las próximas elecciones.
Eso sí: no es ni de lejos el primero; ahí está el caso de Sergio Mayer, quien contendrá por Morena en la delegación Magdalena Contreras y también ahí está el aún más arriesgado caso de Cuauhtémoc Blanco quien irá por la gubernatura de Morelos de parte de Morena y el PES.
En teoría, no tiene nada de malo que un actor o un cantante busque realizar sus inquietudes políticas y aparezca en las boletas para un puesto público; aunque nadie votó por la plurinominal Carmen Salinas, diputada del PRI.
Sin embargo, es fácil suponer que los partidos ven en los famosos una forma sencilla de obtener votos sin mucha inversión; al fin de cuentas, se supone que la gente ya conoce sus rostros. Los actores recién metidos en las boletas, por su parte, ven en en estas incursiones en la política una forma de alimentar su ego en unos casos y, en otros, ven una forma de cumplir con una vocación.
Por lo pronto, Eduardo Capetillo es el más reciente famoso que será votable en julio, pero bien puede que no sea el último.
Él dijo que su candidatura es “para cambiar la realidad que viven cientos de habitantes del lugar que carecen de los servicios básicos y ven lejana la posibilidad de cambiar su futuro ante políticas públicas que los han marginado”.
¿Ustedes votarían por él? ¿Creen que gane?
Con información de Animal Político