El 20 de julio, Donald Trump le dio una entrevista al New York Times, y entre las muchas cosas de las que nos reímos, apareció algo… diferente: Trump estaba arrepentido de haber nombrado a Jeff Sessions como fiscal general. Desde ese jueves, la tensión entre el presidente y el fiscal no ha hecho sino aumentar, los rumores de la posible renuncia o despido son cada vez más fuertes, aunque Sessions mismo niegue que dejará el cargo.
Attorney General Jeff Sessions has taken a VERY weak position on Hillary Clinton crimes (where are E-mails & DNC server) & Intel leakers!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 25, 2017
¿Quién es Jeff Sessions?
Jefferson Beauregard Sessions III (sí, es su nombre completo), nació en la ciudad de Selma, Alabama, 19 años antes de que Martin Luther King, Jr. junto con miles marcharan por sus calles para exigir sus derechos civiles más básicos: votar e igualdad ante la ley en un estado sureño que, sistemáticamente, seguía oprimiendo a una minoría que había sido esclavizada, olvidada y vilipendiada.
El nombre de Sessions rinde tributo a dos generales de la Confederación (el lado pro esclavista que perdió la Guerra Civil), y esa información es más que suficiente para saber quién es política e ideológicamente: Durante el gobierno de Ronald Reagan, fue rechazado como juez federal, ya que tenía un largo historial de conductas y persecución racistas como fiscal distrital, incluso Coretta Scott King, viuda de MLK, escribió una carta denunciándolo. (Vía: The Guardian)
Sessions fue el primer senador que apoyó la candidatura de Trump, cuando nadie creía que lograría mucho más que un par de risas (porque, justamente, era apoyado por gente como Jeff Sessions) y se le consideraba un aliado cercano, porque, si algo valora Trump, tal como lo ha dicho una y otra vez, es la lealtad, y Sessions, aún hoy, sigue siendo leal… aún a pesar de sí mismo.
El proceso de nominación como fiscal general fue complejo por el pasado de Sessions; aún cuando varios representantes demócratas construyeron un caso sólido, la mayoría republicana logró imponerse. Con lo que nadie en la Casa Blanca contaban fue la investigación del FBI, del Senado y de la CIA sobre la posible colusión entre la campaña de Trump y agentes rusos. (Vía: NYT)
https://youtu.be/jpWMHmzABHU
Jeff Sessions, Fiscal General
En los meses que lleva en el cargo, el fiscal general ha logrado derruir varias órdenes ejecutivas firmadas por Barack Obama: reponer los “mínimos mandatorios” (sentencias que se le imputan a acusados de ciertos crímenes sin valer contexto, gravedad o historial del caso), la apertura para la posible despenalización de la marihuana a nivel federal y el acoso a familias migrantes protegidas por DACA, fueron derrumbadas por Sessions.
Por más que el Departamento de Justicia ha fallado en varias ocasiones en defender los deseos del Cheeto en Jefe, su operatividad y su regreso tajante a políticas conservadoras no podrían ser más que un sueño húmedo del partido Republicano después de 8 años de administración de Barack Obama (los últimos cuatro, para el golpe directo en su misoginia racista, dirigidos por Loretta Lynch, una mujer afroamericana de Greensboro, Carolina del Norte).
Pero… Rusia.
Crónica de una renuncia esperada
Ni bien había comenzado el caso, Sessions tuvo que recular de la investigación: su posible involucramiento en el caso hacía ilegal su participación como fiscal, así que tuvo que abandonarla y dejarla a cargo del vice fiscal, quien le cediera, después, la investigación al fiscal especial, Robert Muller.
La entrevista con el New York Times hizo público algo que se sospechaba: Trump se sintió traicionado por algo que era simple protocolo jurídico:
Sessions nunca debió de recular de la investigación, y, si lo iba a hacer, me debió de haber dicho primero antes de que tomara el trabajo y hubiera elegido a alguien más. (Vía: NYT)
Y los ataques han seguido desde entonces, a pesar de que el que fuera senador por Alabama insiste en no abandonar el puesto. Anthony Scaramucci, el flamante nuevo Director de Comunicaciones de la Casa Blanca, que dice “no hablar por Trump”, ha dicho en diversas entrevistas que “ellos dos deberían de sentarse y dialogar para dejar las cosas en claro”.
Pero, si algo queda en claro siempre con el más naranja de los presidentes es a través de sus tuits: Trump quiere a Sessions fuera de su equipo, pero no quiere aceptar que se equivocó al elegirlo. (Vía: NYT)
¿Y de verdad quieren hacerle creer a… alguien que no hay un desmadre dentro de la Casa Blanca?
