Cine
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Investigadores de la Universidad Libre de Bruselas y un equipo de psiquiatras, estudiaron durante tres años alrededor de 400 filmes creados entre 1915 y 2010 (un trabajo que muchos desearíamos), con la finalidad de identificar y categorizar los tipos de psicopatías mejor elaboradas y argumentadas en los personajes de cine, al grado de ser viables en la realidad (quizá no de forma tan evidente).

Tras esta labor, los investigadores Samuel Leistedt y Paul Linkowski publicaron un artículo en la revista Journal of Forensic Sciences, titulado La psicopatía y el cine: ¿verdad o mentira? (disponible aquí). De acuerdo con la publicación, los tres psicópatas que se encuentran tan bien argumentados que podrían aparecerse  cualquier día en nuestra vida son:

1. Anton Chigurh (Javier Bardem), en No Country for Old Men (2007)

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Dice Leistedt: “Él hace su trabajo y puede dormir sin ningún tipo de problemas”. El investigador dijo haberse encontrado con sicarios con estas características, quienes tras su actividad no sienten culpa, ni ansiedad.

 

2. Hans Beckert (Peter Lorre), en M (1931)

Hans

Un asesino de niños bastante innovador en su tiempo. Representa al hombre común que debajo de su aparente normalidad oculta perversiones. Dice Leistedt que Beckert es “una representación sustancialmente más realista de lo que eventualmente sería conocido hoy en día como un depredador sexual violento que sufre, lo más probable, de psicosis”.

 

3. Henry Lee Lucas (Michael Rooker), en Henry: Portrait of a Serial Killer (1991)

Lee

Este personaje representa el rechazo extremo a la rutina, al mostrar una compulsión por renovar sus formas de matar. Su complejidad radica en esa perpetua inestabilidad. Según Leistedt, Lee manifiesta “una potente falta de empatía, la pobreza emocional y un fracaso bien ilustrado para planificar el futuro”.

 

Seguramente ninguno de estos personajes eran lo que esperabas. Por ello, los investigadores identificaron a las tres figuras del cine menos realistas con potenciales psicópatas.

1. Tommy Udo (Richard Widmark), en  Kiss of Death (1947)

Udo

Un clásico que definiría una perversa risa como símbolo del psicópata, sin embargo no muestra mayores rasgos para darle seriedad a su psicopatía.

 

2. Norman Bates (Anthony Perkins), en Psycho (1960)

Bates

Representante de una auténtica inadaptación social (que no asume ningún tipo de valor social ni siquiera para negarlo, sino que simplemente no existen en su realidad) no puede ser considerado un psicópata. Su clasificación exacta sería la de un psicótico, una condición mucho más ligada a las alucinaciones que lo apartan de la realidad.

 

3. Hannibal Lecter (Anthony Hopkins), en Silence of the Lambs (1991)

Hannibal

Demasiado sagaz y culto para ser psicópata. Pero lo que en realidad aparta a Lecter de ser un psicópata real es su capacidad de autocontrol; es decir, sabe cuando actuar de forma normal y cuando no. Sin embargo, su figura se convirtió en uno de los mejores representaciones narrativas de los psicópatas en el cine.

 

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