De los automóviles eléctricos que circulan en México, más del 50% circulan por la capital mexicana y debido a esta situación, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Secretaría del Medio Ambiente (SEMARNAT) y una empresa automotriz, inauguraron 2 estaciones de recarga o electrolineras en el estacionamiento subterráneo del Monumento a la Revolución.
“Estas estaciones son universales, son públicas y son gratuitas, son universales porque cualquier automóvil eléctrico o híbrido recargable podrá utilizarlas, son públicas porque están en un espacio público de acceso a todos los ciudadanos y son gratuitas porque en este caso Indi Park generosamente le paga a la Comisión Federal de Electricidad, el uso de energía eléctrica de las recargas automotrices sin cargo al usuario”, declaró Enrique Ochoa Reza, director general de CFE.
Ochoa Reza también expresó que será la empresa que maneja el estacionamiento, quien cubra los gastos de energía. El usuario pagara a esta empresa (socia de Turibus), solo el uso del estacionamiento, que es de 24 pesos por hora. Según Ochoa Reza, el costo para dar energía a los coches eléctricos o también llamados híbridos, es de 30 o 60 pesos por descarga, con duración de 3 o 4 días.
Así #CFE @Nissan_mx @GrupoIndi @SchneiderMX damos un nuevo impulso al uso de autos eléctricos e híbridos en la #CDMX pic.twitter.com/rJUwP9qzUC
— Enrique Ochoa Reza (@EnriqueOchoaR) October 28, 2015
“La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y la Comisión Federal de Electricidad correrán con los gastos para poder establecer estaciones de recarga domésticas o comerciales en la casa habitación o comercio de aquella persona que compre un automóvil eléctrico y ese medidor eléctrico asociado a la estación de recarga será independiente del medidor doméstico o comercial”.
Las llamadas electrolineras son proyectos de las empresas automotrices que fabrican autos eléctricos, y para decidir que fueran puestas en el estacionamiento subterráneo del Monumento a la Revolución, fueron las empresas Indi-Park y Nissan, las que tuvieron un convenio para su uso gratuito. Esto quiere decir que la CFE no hizo pago alguno, por lo que no requirió de licitación y la Comisión sólo fungió como un testigo.
